Tras las absoluciones de todos los acusados en el caso de los Panama Papers, el presidente de Panamá José Mulino declaró en la ceremonia de asunción del mando: «Miren ustedes el caso Mossack Fonseca, que fue el principio del fin de nuestro modelo de negocio financiero. Acaban de absolver a todos los señalados porque en realidad se trató de una patraña internacional para socavar la imagen y competitividad de nuestro país».
«Voy a hacer respetar a Panamá y recuperar nuestro buen nombre que ha sido mancillado arbitrariamente por países que jamás aplicarían en sus territorios las leyes que ellos nos exigen», agregó el recientemente asumido presidente.
El pasado viernes la Justicia Panameña decidió la inocencia de los 28 acusados del extinto bufete de abogados Mossak Fonseca, en el marco del caso que fue originado por una filtración. Estaban siendo juzgados por lavado de dinero, mediante la creación de 215.000 empresas fantasma radicadas en paraísos fiscales vinculadas, posteriormente, a escándalos de lavado de dinero y corrupción en Alemania y Brasil
El juicio duró 85 horas y llevó al banquillo a los fundadores del bufete de abogados, Jürgen Mossack y Ramón Fonseca (fallecido en mayo pasado) y a otros ex empleados. Las audiencias comenzaron en abril, casi ocho años después de que se publicaran las primeras revelaciones de los Papeles de Panamá en 2016.
Esa investigación, basada en un conjunto de 11,5 millones de archivos filtrados al periódico alemán Süddeutsche Zeitung y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), expuso los secretos financieros en paraísos fiscales de líderes mundiales y otras figuras públicas poderosas.
Como consecuencia de la publicación de las filtraciones, hubo investigaciones gubernamentales y el primer ministro de Islandia renunció a su cargo a 48 horas de conocerse la información que lo implicaba. Las revelaciones provocaron demandas y reformas regulatorias en Panamá y otros lugares, y llevaron directamente a que los gobiernos recuperaran más de 1.360 millones de dólares en impuestos atrasados y sanciones.
Los delitos juzgados en Panamá no están relacionados con la evasión fiscal, sino que las acusaciones son por crear empresas fantasma para facilitar el lavado de dinero y encubrir malversación y apropiación indebida.
La fiscalía argumentó que las empresas creadas por empleados de Mossack Fonseca fueron utilizadas para adquirir propiedades en Panamá con fondos provenientes de la denominada red de corrupción “Lava Jato” en Brasil. El juicio también abordó el supuesto papel de Mossack Fonseca en un escándalo de sobornos que involucraba a la empresa alemana Siemens y a empresas utilizadas en relación con un gran esquema de fraude en Argentina.
La sentencia puede ser apelada y eso podría significar que el caso eventualmente llegue a la Corte Suprema de Panamá, un proceso que podría demorar otro año.
Entre sus argumentos, la jueza Baloísa Marquínez señaló que en los Papeles de Panamá se determinó que las pruebas recabadas en los servidores de Mossack Fonseca, con evidencias electrónicas que fueron aportadas al proceso en soporte papel: “no cumplieron con la cadena de custodia, así como los principios que rigen la prueba digital principalmente al carecer de valores ‘hash’ (algoritmo matemático para transformar bloques de datos) que permitieran tener certeza de su autenticidad e integridad”. También determinó que el resto de las pruebas no eran concluyentes ni suficientes.
Las otras voces
El economista Joseph Stiglitz, quien encabezó un informe de transparencia junto con el experto anticorrupción Mark Pieth poco después de que se publicaran las filtraciones, reafirmó mediante un comunicado que los Panama Papers fueron “instrumentales para poner el problema de la evasión fiscal y el lavado de dinero en la conciencia de la gente en todas partes”.
También remarcó que, “La evasión fiscal priva a la población de los ingresos necesarios para proporcionar servicios esenciales” y que, “el excelente y pionero informe del ICIJ lo ha puesto de manifiesto”.
El sábado, Gerard Ryle, director del consorcio de periodistas que publicó los Panama Papers, defendió el trabajo realizado y dijo que «el impacto duradero de nuestra investigación persiste».
«Al revelar verdades ocultas (…) brindamos al público la información que necesita para exigir rendición de cuentas e impulsar reformas», añadió Ryle.
Carlos Barsallo, abogado panameño y ex presidente de Transparencia Internacional de su país dijo ante el ICIJ: “Este caso, que el mundo ve como el de los Papeles de Panamá y como una de las mayores filtraciones de la historia, en realidad se trata de dos casos que se originaron en Alemania y en Argentina”, y agregó que, “Este caso se trata de dos casos en los que se alegó que la firma ayudó a quienes cometieron delitos en esos dos países a blanquear el dinero involucrado en esos delitos”.
Con información de icij.org y france24.com.