El legado de Daniel Ellsberg: el filtrador de los Papeles del Pentágono, a un año de su muerte

Filtraciones

Fue asesor militar durante la guerra de Vietnam y filtró miles de documentos a la prensa, que desnudaban las mentiras de Estados Unidos sobre el conflicto. El Gobierno de Nixon lo persiguió e intentó, sin éxito, desacreditarlo y llevarlo a la cárcel, pero se convirtió en un duro crítico de las intervenciones militares de Estados Unidos y en un ejemplo para los futuros filtradores. 

Daniel Ellsberg era un analista de Defensa de la Casa Blanca en la guerra de Vietnam, que había comenzado su carrera en el Pentágono bajo las órdenes del entonces secretario de Defensa Robert McNamara. Pasó dos años en la guerra de Vietnam como analista en el campo de batalla, y a su regreso a Estados Unidos en 1967 participó de un estudio secreto, como miembro de la Corporación RAND, encargado por McNamara para evaluar la gestión del conflicto por parte de las distintas administraciones hasta 1968.

Poco tiempo después, ese analista y ese informe cambiarían el curso de las cosas y haría trastabillar fuertemente a la administración del entonces presidente Richard Nixon.

Robert McNamara, el halcón que se arrepintió de Vietnam

Robert McNamara, exsecretario de Defensa.

La filtración que sacudió a la administración Nixon

Corría el año 1969 y Ellsberg, habiendo vivido los horrores de la guerra en primera persona, decide acercarse a una reunión de activistas que estaban en contra de la participación de Estados Unidos en el conflicto bélico. Él mismo relataría durante una entrevista la conmoción que le produjo esa experiencia, que claramente representó un punto de quiebre en su vida: “Salí del auditorio y me metí en el baño, que estaba vacío”.Me senté en el suelo y lloré durante más de una hora, solo sollozaba. Es la única vez en mi vida que me pasó algo así”..

En 1971 Ellsberg, luego de arriesgarse fotocopiando 7.000 documentos del estudio sobre la guerra, se los compartió al periodista del New York Times, Neil Sheenan. En esas páginas se encontraba el análisis sobre la implicancia de Estados Unidos en Vietnam desde la Segunda Guerra Mundial hasta mayo de 1968, encargado por McNamara. Allí también se hacía mención a las pocas posibilidades que tenía el país de salir victorioso en el conflicto y que su continuidad sólo traería mayor cantidad de bajas entre sus soldados. En definitiva, dejaba en evidencia que los anteriores gobiernos le habían mentido a la sociedad sobre el curso de la guerra.

Los documentos también revelaban que Estados Unidos había deliberadamente extendido las acciones de guerra con ataques aéreos contra Laos, ataques costeros contra Vietnam del Norte y acciones terrestres de los marines, antes incluso de que el presidente Johnson  lo informara al país en 1964  y luego de prometer que la guerra de Vietnam no se extendería.

Las primeras publicaciones de los documentos, se dieron en junio de 1971 en The New York Times y más tarde se sumaría The Washington Post. 

Al no estar involucrado en la filtración, Nixon en un principio no dio mucha importancia a las revelaciones, pero luego por consejo de su secretario de Estado, Henry Kissinger, logró que la Justicia se opusiera a que el Times siguiera publicando. Esto llevó a que el exanalista del Pentágono buscara otros medios para dar a conocer la información de los documentos y los compartiera con The Washington Post y otros diarios. 

El caso generó gran controversia en torno a la Primera Enmienda (que protege la libertad de expresión) y fue llevado ante la Corte Suprema que, por seis votos contra tres, declaró inconstitucional la prohibición y permitió que se sigan publicando los informes. 

Poco tiempo después del hecho, y de la caza de brujas que llevó adelante el Gobierno para dar con el filtrador, el propio Ellsberg se hizo cargo de haber dado a conocer los documentos. En 1973 fue llevado a juicio acusado de conspiración, espionaje y robo de documentos propiedad del Gobierno, pero fue exonerado cuando el tribunal detectó que el propio Gobierno había hecho tareas de espionaje sobre el acusado.

Daniel Ellsberg, el héroe que aceleró el fin de la guerra de Vietnam

El secretario de Estado, Henry Kissinger, había llamado a Ellsberg «el hombre más peligroso de Estados Unidos».

Las revelaciones de Los Papeles del Pentágono, aumentaron el rechazo de la sociedad sobre la guerra de Vietnam, precipitaron la salida de Estados Unidos del conflicto y socavaron fuertemente al gobierno de RIchard Nixon, quien un año más tarde renunció a la presidencia por el tristemente célebre caso de espionaje, Watergate.

El legado del filtrador 

Daniel Ellsber, luego del escándalo que generó la filtración, trabajó como catedrático, escritor y activista por la paz. Pasó su vida como crítico de los intervencionismos militares de Estados Unidos en Irak y Afganistán y apoyó fuertemente a otros filtradores, como Julian Assange, Edward Snowden y Chelsea Manning.

Daniel Ellsberg on Chelsea Manning: She Should Be Released Immediately | Aaron Swartz Day and International Hackathon

Ellsberg junto a Chelsea Manning.

El exanalista fue citado por la declarar por parte de la defensa el juicio contra Julian Assange en 2020 y esta fue una de las palabras más resonantes que pronunció ante el tribunal: «En realidad, no ha habido un ataque tan significativo a la libertad de prensa, la Primera Enmienda, que es la base de nuestra república, en realidad, nuestra forma de gobierno, desde mi caso en 1971, hace 48 años».


 

En junio de 2023, meses después de haber anunciado mediante un correo electrónico a sus allegados que padecía un cáncer de páncreas y que no se sometería a la quimioterapia, falleció en su casa de Kensington, California, a los 92 años.

En ese correo, que luego hizo público vía Twitter, Daniel Ellsberg manifestó: “Cuando copié los Papeles del Pentágono en 1969, abundaban las razones para pensar que pasaría el resto de mi vida entre rejas. Era un destino que habría aceptado con mucho gusto si significaba acelerar el final de la Guerra de Vietnam, algo que entonces parecía (y era) improbable. Con todo, y de modos bastante imprevisibles para mí, fue eso lo que acabó pasando (…) y pude pasar los últimos 50 años con mi mujer, Patricia, con mi familia, y con vosotros, mis amigos”.

Poco antes de morir, compartió un mensaje alentando a los potenciales filtradores: “Mi mensaje para ellos es: No hagan lo que yo hice. No esperen hasta que las bombas estén cayendo o miles más hayan muerto”.

Su último deseo lo dio a conocer en una entrevista y este fue, liberar a Julian Assange, alentar a los denunciantes y revelar la verdad.

 

Por Guillermo Collini