Edwad Snowden se encuentra en exilio forzado en Rusia desde 2013 tras filtrar a la prensa decenas de miles de documentos ultrasecretos sobre la recogida sin control de datos personales por parte de las agencias de inteligencia de Estados Unidos. El presidente Vladimir Putin le concedió la ciudadanía rusa en septiembre de 2022, lo que lo protege de cualquier intento de ser extraditado a Estados Unidos.
Robert Tibbo es el abogado de Edward Snowden desde 2013. ¿Un acuerdo al estilo de Julian Assange? Edward Snowden soñaría con ello: «Es una posibilidad que Snowden lleva años explorando: declararse culpable a cambio de una condena muy corta. Pero legalmente no ha sido posible porque Estados Unidos no está dispuesto a ofrecerle este procedimiento. Quieren un juicio», declaró a al sitio francés RFI.
Y si, a pesar de todo, decidiera volver a suelo estadounidense y comparecer ante la justicia, no podría defender su caso ante un jurado, porque se enfrenta a cargos de espionaje: «Snowden no podría explicar sus motivaciones ni su sistema de pensamiento, porque según los textos relativos al espionaje, le está prohibido hacerlo», explica su abogado. “¿Podría invocar la Primera Enmienda y la libertad de expresión? No, no en este marco jurídico. Todo lo que tendría que hacer el fiscal es demostrar que robó datos, y eso bastaría para condenarlo y enviarlo a la cárcel… y podrían ser hasta treinta años».
«Un día -concluye Robert Tibbo- tal vez un gobierno estadounidense reconozca que Edward Snowden ha actuado en interés común, ponga fin a esta saga y le ofrezca un trato, porque sigue siendo estadounidense y Estados Unidos sigue siendo su país».
¿Quién es Edward Snowden, el hombre que filtró datos secretos de la NSA?
Edward Snowden es un excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos. Es conocido por filtrar información clasificada en 2013 que reveló la extensión de los programas de vigilancia masiva del gobierno estadounidense y sus aliados.
Snowden filtró documentos que mostraban cómo la NSA recopilaba datos de comunicaciones, incluyendo llamadas telefónicas y correos electrónicos, de millones de personas en todo el mundo, incluso de ciudadanos estadounidenses. Snowden afirmó que su motivación para filtrar esta información era informar al público sobre las prácticas de vigilancia que consideraba invasivas y contrarias a los derechos civiles.
En 2013, se le otorgó asilo en Rusia, donde ha vivido desde entonces.
Sus acciones llevaron a un debate global sobre la privacidad, la vigilancia y la seguridad, así como a cambios legislativos en EE.UU. y otros países en relación con la vigilancia gubernamental.
Snowden ha sido objeto de documentales, libros y una película que explora su vida y las implicaciones de sus revelaciones.