En julio de 2010, tres grandes medios internacionales publicaron la información obtenida por la plataforma fundada por Julian Assange. Se trataba de más de 90 mil documentos y de la filtración más grande de la historia militar de los Estados Unidos.
Los diarios The Guardian (Reino Unido), The New York Times (EE.UU.) y el semanario Der Spiegel (Alemania) se hicieron con la información que había sido filtrada a WikiLeaks por la exanalista de inteligencia, Chelsea Manning, e hicieron públicas verdades incómodas en torno a la guerra de Afganistán.
La información abarcaba el período de 2004 a 2010 y reveló cientos de operaciones encubiertas, matanzas de civiles y la colaboración de Pakistán con los talibanes para eliminar a algunos jefes tribales afganos y montar acciones contra las tropas de la OTAN.
Entre los documentos más representativos, según The Guardian, está la existencia de una unidad secreta de EEUU entrenada para ‘capturar o asesinar’ sin juicio previo a los líderes talibanes por todo el país.
Según el diario británico, basándose en la filtración, los afganos habían conseguido hacerse con baterías de misiles tierra-aire. Asimismo, criticó el uso cada vez más extendido de aviones no tripulados por parte de las tropas internacionales, una de las armas más polémicas por la cantidad de bajas civiles que ha provocado. Estos aviones eran controlados desde una base militar en Nevada.
Los documentos, además, aseguran que en estos años han muerto 2.000 civiles por las minas que los insurgentes colocan en las carreteras y destaca la incapacidad de la OTAN para frenarlo.
Sobre las matanzas de civiles, el dato oficial de los documentos obtenidos por Wikileaks es de 195 muertos y 174 heridos, aunque los medios lo consideraron demasiado bajo ya que algunos incidentes estaban aún siendo investigados.
En una entrevista con The Guardian, el fundador de Wikileaks, Julian Assange explicó las razones por las que ha publicado los documentos. “Si el periodismo es bueno, tiene que ser controvertido. El papel del periodismo es denunciar abusos de poder”.
Para Assange, “los documentos muestran la naturaleza real de esta guerra y la gente de Afganistán y otros países podrá ver qué es lo que está pasando y actuar en consecuencia‘. Según el fundador de la organización, la importancia de la filtración reside en que “explica que ha pasado desde 2004 y cómo casos particulares son significativos […] Cómo interactúa la clase política en Kabul con EEUU, cómo se ha propagado la corrupción por todo el país. También cómo Irán y Pakistán están mediando en la guerra…”.

Julian Assange, fundador de WikiLeaks.
Tras la publicación, la reacción de la Casa Blanca no tardó en aparecer. El consejero de Seguridad Nacional, James Jones, calificó de “irresponsable” la filtración y aseguró que “esto pone en peligro la vida de los estadounidenses y de nuestros socios”.
Tanto los medios como la Casa Blanca explicaron que los datos corresponden a la etapa anterior al anuncio de la nueva estrategia del presidente de EEUU Barack Obama.
La colaboración de Pakistán e incluso Irán, como sugiere Assange, resulta una bofetada para las tropas internacionales. Al menos 180 documentos revelaban que los servicios de inteligencia paquistaníes estaban ayudando a los talibanes en su contienda en Afganistán.
Según había publicado The New York Times, Pakistán estaba permitiendo “a representantes de sus servicios secretos reunirse directamente con los talibanes en sesiones secretas de estrategia para organizar redes de grupos militantes que combaten con los soldados de EEUU en Afganistán, e incluso traman planes para asesinar a líderes afganos”.
De acuerdo a lo informado por The Guardian, entre los documentos había evidencia de agentes entrenando a los insurgentes para llevar a cabo atentados suicidas, financiación económica para realizar grandes ataques, como el asesinato del entonces presidente afgano Hamid Karzai, ataques a aviones de la OTAN o la manipulación de la cerveza de las tropas internacionales para envenenarlos.
Mientras que The New York Times da total veracidad a los datos sobre la participación de Pakistán, The Guardian es más cauto. El diario británico explica que la mayoría de las acusaciones vienen de parte de oficiales de baja graduación cuyos testimonios son difícilmente contrastables.
El director de The Guardian, en una entrevista con la BBC, explicó que la filtración a Der Spiegel ha sido muy beneficiosa para publicar la información. Según él, al haber en marcha una investigación en el Parlamento alemán, la revista solicitó a la oposición comparar los datos que manejaban. Eran exactamente los mismos, dijo.
La filtradora
Chelsea Manning fue detenida en 2010 y sentenciada a 35 años de prisión en 2013 por la que fue considerada «una de las mayores filtraciones de información clasificada en la historia de EE.UU.»
La exsoldado del Ejército estadounidense, Bradley Manning antes de hacer pública su transexualidad, es considerada una pieza clave de WikiLeaks: fue la primera gran fuente del portal del hacker Julian Assange.
La joven estuvo en prisión siete años hasta que Barack Obama le concedió un perdón presidencial. Posteriormente volvió a la cárcel por negarse a testificar ante un gran jurado sobre una investigación a WikiLeaks.
En 2020 un juez de Estados Unidos decidió volver a ponerla en libertad, poco después de que su equipo legal asegurara que se había intentado suicidar en prisión.
Con información de publico.es y bbc.com