Impiden la entrada de RSF a la cárcel donde está Julian Assange: «¿Qué tienen que esconder?»

Assange

El secretario general de la ONG francesa Reporteros sin Fronteras (RSF), Christophe Deloire, y la directora de operaciones, Rebecca Vincent, tienen prohibido el acceso para visitar al editor de Wikileaks, Julian Assange, en la prisión de Belmarsh, a pesar de recibir confirmación de que se permitiría una visita.

El 4 de abril, se impidió que Deloire y Vincent ingresaran a la prisión de Belmarsh, a pesar de haber sido examinados con anticipación y haber recibido la confirmación de que sería posible una visita a Julian Assange a las 9:15 am. A su esposa, Stella Assange, se le permitió ingresar según lo programado.

Los funcionarios de la prisión dijeron a los representantes de RSF que habían «recibido información de inteligencia» de que eran periodistas y, por lo tanto, no se les permitiría ingresar, según una decisión de la gobernadora de la prisión de Belmarsh, Jenny Louis, que luego no respondió a las solicitudes urgentes de reunirse con Deloire y Vincent o de intervenir para permitir su acceso.

La prisión de Belmarsh.

“Estamos profundamente decepcionados por la decisión arbitraria de la gobernadora de la prisión de Belmarsh de impedirnos visitar a Julian Assange, a pesar de seguir todos los procedimientos y reglas penitenciarias pertinentes. Julian Assange tiene derecho a recibir visitas en prisión, y somos legítimos para visitarlo como una ONG de libertad de prensa. Pedimos una revocación urgente de esta decisión y que se permita el acceso de visitas sin más demora», sostuvo Deloire.

En tanto, Vincent, afirmó: “Este es el último de una larga serie de obstáculos ridículos que hemos enfrentado en los últimos tres años en la campaña por la liberación de Assange. En todos los niveles, las autoridades británicas han optado por el secreto y la exclusión en lugar de permitir un compromiso normal en torno a este caso, desde negarse a aceptar las peticiones de RSF hasta hacer que sea casi imposible acceder a la corte, y ahora esto. ¿Qué tienen que esconder? Independientemente de esta situación, continuamos nuestra campaña para #FreeAssange sin cesar».

RSF habría sido la primera ONG en obtener acceso a Assange en la prisión de Belmarsh, quien ha tenido solo un puñado de visitantes además de su familia durante los casi cuatro años que ha estado encarcelado.

Deloire y Vincent tenían la intención de evaluar las condiciones de Assange y hablar con él sobre su caso, como una ONG que hace campaña activamente por su liberación, no como periodistas. Deloire habría visitado en su calidad de Secretario General de la ONG, y Vincent como Directora de Operaciones y Campañas.

Vincent nunca trabajó como periodista ni ha tenido una tarjeta de prensa. Deloire había visitado previamente a Assange en tres ocasiones durante su período en la embajada de Ecuador.

Esta medida se produce después de que RSF se enfrentara a grandes barreras para monitorear cada etapa del proceso de extradición contra Assange en los tribunales de Londres, precisamente por la razón opuesta, ya que los representantes de RSF asistían como observadores de ONG y no se les permitió registrarse para la acreditación, como los periodistas lo harían. RSF, por lo tanto, solo podía acceder a la corte a través de la galería pública, y fue la única ONG que luchó por este acceso en cada etapa de los procedimientos desde 2020 hasta 2022.

RSF también se ha enfrentado a obstáculos al intentar entregar peticiones #FreeAssange al gobierno del Reino Unido.

«Yo necesito a mi marido y los niños, a su padre»

Stella Assange, mujer del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no oculta la preocupación por la salud de su esposo tras visitarlo ese mismo día que no puedo entrar RSF en la prisión de alta seguridad londinense de Belmarsh.

La abogada y madre de sus dos hijos, nacidos cuando él estaba refugiado en la embajada de Ecuador en Londres entre 2012 y 2019, concedió su primera entrevista en español a la Agencia EFE, en la que relata la lucha de la familia por salir adelante.

De madre española y padre sueco de ascendencia cubana, la joven, cuyo verdadero nombre es Sara González Devant, denuncia en su idioma materno «la interferencia» de las autoridades penitenciarias en los derechos de Assange, con quien se casó en esa cárcel el 23 de marzo del año pasado.

«Hoy se iba a producir una reunión con Reporteros sin fronteras, que la prisión canceló. Julian estaba ilusionado con esto y quedó muy decepcionado. Es una interferencia en su libertad de asociación, su derecho a la defensa política y el poder hablar con sus aliados. Obviamente, esto influye en su estado mental», explicó Stella Assange.

«En términos de su estado físico, te puedes imaginar: es una prisión de alta seguridad, está encerrado veinte horas o más al día, cada día que pasa su estado se deteriora», lamenta la abogada, nacida en 1983 en Sudáfrica.

Stella, que tiene doble nacionalidad sueca y española, contó a EFE que el periodista de 51 años se ha recuperado de un pequeño derrame cerebral que tuvo a finales de 2021 pero su estado es frágil, a lo que se suma la depresión.

«Está tomando medicación, pero es algo que nos preocupa, que vuelva a pasar y que sea más grave. Es una situación muy difícil para él», afirma.

En cuanto a ella, que está sola cuidando a sus hijos pequeños al tiempo que batalla por la liberación de su esposo, reconoce que «no es fácil, pero uno hace lo que puede con la situación que tiene».

«No es que nuestros hijos no tengan padre, sino que su padre está en prisión injustamente y debería ser libre para poder ejercer su papel. Los niños necesitan a su padre, y él necesita a sus hijos, y yo necesito a mi marido», declara.

La vida de Assange en prisión es «rutinaria», animada solo por las visitas semanales de su mujer, a veces con los niños, y de su equipo.

«Come en la celda, porque no hay un sitio común para comer, pasa el día allí. Puede llamarme durante el día, sale de vez en cuando al aire libre, pero es un aire libre en asfalto… A veces tiene reuniones con sus abogados, a veces conmigo. No tiene acceso a internet, pero a libros sí», explica.

Stella Assange recuerda que su marido, que lleva en cautiverio más de doce años, nunca ha sido condenado por ningún delito.

Después de que WikiLeaks expusiera presuntos crímenes de guerra de Estados Unidos en Irak y Afganistán, Assange fue detenido inicialmente en 2010 a instancias de Suecia, que quería interrogarle por presuntos delitos sexuales de los que nunca fue imputado, en un caso que finalmente se retiró.

 

Con información de RSF y EFE.