Multa millonaria a Deutsche Bank por el escándalo de DWS: cómo las filtraciones expusieron las falsas promesas verdes

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Desiree Fixler, exdirectora de sostenibilidad de DWS, la filial de gestión de activos de Deutsche Bank, desempeñó un papel crucial al destapar las prácticas de greenwashing (una estrategia de marketing que consiste en engañar al público sobre el impacto ambiental de una empresa o sus productos) que culminaron en una multa de 25 millones de euros (27 millones de dólares) impuesta por los fiscales de Fráncfort el 2 de abril.

Contratada en 2020 para liderar la estrategia de sostenibilidad, Fixler advirtió internamente que DWS exageraba sus credenciales ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, son las siglas en inglés de Environmental, Social and Governance, que en español se traduce como «Medio Ambiente, Sociedad y Gobierno) al presentar sus productos financieros como más sostenibles de lo que realmente eran. Según sus denuncias, la empresa afirmaba en informes públicos, como el de 2020, que gestionaba 459 mil millones de euros en activos ESG, una cifra que Fixler consideró inflada, ya que muchos de esos productos no cumplían con criterios claros de sostenibilidad. Su insistencia en transparentar estas discrepancias llevó a su despido en marzo de 2021, apenas ocho meses después de asumir el cargo, bajo el argumento de “incompetencia”, lo que ella calificó como una represalia por su postura crítica.

Tras su salida, Fixler no se quedó callada y decidió hacer públicas sus acusaciones, contactando a medios de comunicación como Der Spiegel y Forbes. En 2021, reveló que DWS no solo carecía de procesos robustos para integrar factores ESG en sus inversiones, sino que también maquillaba datos para atraer inversores interesados en productos sostenibles.

Por ejemplo, señaló que la empresa etiquetaba como “verdes” fondos que incluían inversiones en empresas poco alineadas con criterios de sostenibilidad, lo que engañaba a los clientes sobre el impacto real de sus inversiones.

Estas filtraciones desencadenaron una investigación de la Autoridad Federal de Supervisión Financiera de Alemania (BaFin) y la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), además de allanamientos en las oficinas de DWS y Deutsche Bank en 2022 y 2024. La valentía de Fixler como filtradora no solo expuso las fallas de DWS, sino que también puso en el centro del debate la falta de estándares claros en la industria financiera para los productos ESG.

Las acusaciones de Fixler tuvieron consecuencias inmediatas y de largo alcance para DWS. En junio de 2022, un día después de un allanamiento en Fráncfort, el entonces CEO de DWS, Asoka Wöhrmann, renunció, citando que las acusaciones se habían convertido en una “carga” para la empresa y su familia. Además, la SEC impuso en 2023 una multa de 19 millones de dólares a DWS por declaraciones engañosas sobre sus procesos ESG, la mayor sanción de este tipo hasta ese momento.

La investigación alemana, que concluyó con la multa de 2025, confirmó que entre mediados de 2020 y enero de 2023, DWS utilizó afirmaciones como ser “líder en ESG” o que “ESG es parte integral de nuestro ADN”, las cuales “no correspondían a la realidad”, según los fiscales. Fixler destacó que estas sanciones enviaron un mensaje claro: el greenwashing tiene consecuencias legales, aunque lamentó que Deutsche Bank no ofreciera una disculpa ni asumiera una reforma cultural profunda, perpetuando, en su opinión, una estructura de lealtades internas sobre la transparencia.

El impacto de las filtraciones de Fixler trascendió a DWS, marcando un punto de inflexión en la regulación del mercado ESG global. Su caso impulsó normativas más estrictas, como las reglas de la Unión Europea de 2024 que exigen criterios claros para que un fondo pueda denominarse “ESG” o “sostenible”.

Sin embargo, Fixler enfrentó costos personales significativos: tras ser despedida, tuvo que reinventarse profesionalmente, enfocándose en consultoría sobre gobernanza y sostenibilidad, ya que el estigma de ser filtradora le cerró puertas en roles corporativos tradicionales. En entrevistas, expresó que, pese a las dificultades, volvería a actuar igual, motivada por su integridad y la necesidad de combatir el greenwashing en una industria donde la presión por mostrar credenciales verdes supera los esfuerzos reales.

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