El jueves, Cemil Önal, un filtrador turco, fue asesinado a quemarropa en la terraza de un hotel en Rijswijk, cerca de La Haya, Países Bajos. Önal había advertido previamente a las autoridades holandesas que temía por su vida debido a sus filtraciones sobre presuntos sobornos pagados a políticos turcos de alto rango, incluidos miembros del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Su asesinato, descrito como una ejecución, ocurrió poco después de que compartiera estas acusaciones en más de 20 horas de entrevistas exclusivas desde la prisión con medios holandeses y el Proyecto de Reportaje sobre Crimen Organizado y Corrupción (OCCRP), lo que genera sospechas de un homicidio dirigido para silenciarlo.
Según informes, Önal afirmaba poseer grabaciones comprometedoras de figuras destacadas del AKP y había detallado una red de apuestas ilegales, con un valor estimado de 75 millones de euros mensuales, que operaba desde Malta.
Cemil Önal, quien anteriormente estuvo involucrado en una presunta red de apuestas ilegales, fue arrestado en Países Bajos en 2023 a petición de Turquía, enfrentando cargos relacionados con el asesinato en 2021 del magnate de casinos turco-chipriota Halil Falyali y su participación en la red de apuestas. Mientras estaba detenido en una prisión holandesa, Önal concedió entrevistas a medios como Follow the Money y OCCRP, afirmando que había facilitado pagos mensuales de aproximadamente 15 millones de dólares a funcionarios turcos en nombre de la red.
Cemil Önal was a head of finance for Halil Falyali, Turkish Cypriot businessman who had allegedly generated about $80 million per month from illegal gambling operations. Falyali was murdered in 2022 https://t.co/I27jobrolH
— Organized Crime and Corruption Reporting Project (@OCCRP) May 2, 2025
Específicamente, alegó sobornos de 20 millones de dólares al exministro del Interior Süleyman Soylu, 50 millones al exvicepresidente Fuat Oktay, y chantajes que involucraban al ministro de Exteriores Hakan Fidan y a los hijos del exprimer ministro Binali Yıldırım. Su lucha contra la extradición y su liberación previa al asesinato lo dejaron particularmente vulnerable, ya que había expresado repetidamente temores de represalias por exponer estas redes de corrupción.
El asesinato ha generado preocupaciones sobre el alcance de la influencia política turca y la seguridad de los filtradores en Europa. Las autoridades holandesas están investigando el homicidio, sin que se reporten arrestos hasta hoy, y están explorando posibles vínculos con funcionarios turcos, aunque estas conexiones aún no están confirmadas.
El caso también ha puesto el foco en Malta, donde las operaciones financieras de Falyali están bajo escrutinio, destacando el papel de la isla en la presunta red de apuestas. Publicaciones en X y reportes del OCCRP sugieren sospechas públicas y periodísticas de que el asesinato de Önal buscaba evitar más revelaciones sobre corrupción en los niveles más altos del gobierno turco.