Julian Assange, fundador de WikiLeaks, rompió su silencio este viernes para expresar su respaldo al primer ministro australiano y líder del Partido Laborista, Anthony Albanese, de cara a las elecciones federales programadas para el sábado 3 de mayo. En un comunicado publicado en la plataforma X, Assange elogió los esfuerzos de Albanese para asegurar su liberación tras 14 años de litigios legales en el Reino Unido, que incluyeron siete años de asilo en la Embajada de Ecuador en Londres y cinco años en la prisión de alta seguridad de Belmarsh.
Assange destacó que Albanese, conocido popularmente como “Albo”, fue el único líder australiano que cumplió su promesa de abogar por su libertad, enfrentándose incluso a Estados Unidos para negociar su regreso a Australia como hombre libre en junio de 2024, tras declararse culpable de un cargo de espionaje en un acuerdo con el Departamento de Justicia estadounidense.
El respaldo de Assange llega en un momento crítico para las elecciones australianas, donde 18 millones de votantes están llamados a elegir al próximo primer ministro para un mandato de tres años. Según las encuestas, el Partido Laborista de Albanese lidera la intención de voto frente a la coalición conservadora Liberal-Nacional, liderada por Peter Dutton, aunque los analistas prevén que los laboristas podrían necesitar alianzas con partidos minoritarios o independientes para formar gobierno.
Assange subrayó que Albanese no solo trabajó por su liberación, sino que también intervino en otros casos de alto perfil, como el de la periodista australiana Cheng Lei, detenida en China. Este respaldo podría reforzar la imagen de Albanese como un líder capaz de defender los intereses australianos en el escenario internacional, un tema clave en una campaña dominada por preocupaciones sobre el costo de vida, la vivienda y el cambio climático.
El pronunciamiento de Assange, un figura polarizante pero influyente, podría tener un impacto significativo en la percepción pública, especialmente entre los votantes que valoran su lucha por la transparencia y la libertad de prensa. Durante su detención, Assange criticó a cinco primeros ministros australianos anteriores por no reunirse con sus abogados, destacando el contraste con las acciones de Albanese, quien personalmente planteó su caso al expresidente estadounidense Joe Biden.
Este apoyo, descrito por Assange como un reconocimiento a la “columna vertebral” de Albanese para defender a los australianos en situaciones políticas sensibles, también pone en perspectiva su propia trayectoria: desde su fallida candidatura al Senado en 2013 con el Partido WikiLeaks hasta su liberación en 2024, que marcó el fin de una saga judicial que lo convirtió en un símbolo global de la lucha por la libertad de expresión.