Mails secretos: un asesor de inteligencia quiso ocultar datos clave para blindar a Trump sobre deportación de venezolanos

Filtraciones

La orden secreta de un alto funcionario cercano a Tulsi Gabbard, Directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, para modificar un informe de inteligencia generó un nuevo golpe en la administracion Trump. Según reportes de medios como The New York Times y The Daily Beast, Joe Kent, jefe de gabinete de Gabbard, habría instruido a analistas de inteligencia reescribir una evaluación sobre la relación entre el gobierno venezolano y la pandilla Tren de Aragua. Esta evaluación, fechada el 26 de febrero de 2025, contradecía afirmaciones del presidente Donald Trump, quien justificó el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para deportar a presuntos miembros de esta pandilla sin debido proceso. Las filtraciones, que incluyen correos electrónicos de Kent, revelan un esfuerzo deliberado para alterar el informe y evitar que fuera “utilizado en contra” de Trump o Gabbard, lo que plantea serias preguntas sobre la politización de la inteligencia.

Detalles de los correos filtrados

Los correos electrónicos filtrados, descritos por fuentes informadas a The New York Times, muestran que el 24 de marzo de 2025, Joe Kent escribió a un grupo de oficiales de inteligencia sugiriendo la necesidad de “repensar” la evaluación inicial. Posteriormente, el 3 de abril, Kent fue más explícito, indicando que se debía realizar “alguna reescritura” y trabajo analítico adicional para asegurar que el documento no fuera “usado en contra del DNI [Directora de Inteligencia Nacional] o el POTUS [Presidente de los Estados Unidos]”. Estas instrucciones, según las filtraciones, buscaban alinear el informe con las declaraciones públicas de Trump, quien había designado a Tren de Aragua como una “organización terrorista extranjera” controlada por el gobierno de Nicolás Maduro, a pesar de que la inteligencia inicial no respaldaba esta narrativa.

Reacciones y consecuencias inmediatas

La filtración de estos mails ha provocado una fuerte reacción en el ámbito político y de inteligencia. El representante Jim Himes, demócrata senior en el Comité de Inteligencia de la Cámara, acusó a la oficina de Gabbard de represalia contra analistas que se negaron a ceder a presiones políticas. Esta percepción se vio reforzada por el despido, el 5 de mayo, de Mike Collins y Maria Langan-Riekhof, presidente interino y vicepresidenta del Consejo Nacional de Inteligencia (NIC), respectivamente. Ambos, con más de 25 años de experiencia, supervisaron la evaluación original que contradecía a Trump.

Las filtraciones también han intensificado las críticas sobre la integridad de la comunidad de inteligencia bajo la administración Trump, con algunos analistas y exfuncionarios, como el exdirector de la CIA John Brennan, advirtiendo que la verdad está siendo sacrificada por lealtades políticas.

Acciones de Gabbard frente a las filtraciones

Tulsi Gabbard ha respondido a estas filtraciones adoptando una postura agresiva contra los responsables. Desde abril, Gabbard ha referido múltiples casos de supuestas filtraciones a la inteligencia al Departamento de Justicia, incluyendo dos referencias criminales el 23 de abril y una tercera en camino, según reportes de Fox News y The Washington Post. En un mensaje en la plataforma X, Gabbard calificó a los filtradores como “criminales del estado profundo” que buscan socavar la agenda de Trump con propósitos políticos partidistas. Además, ha tomado medidas para reestructurar la comunidad de inteligencia, trasladando el NIC de la CIA a la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) para, según ella, prevenir la “politización de la inteligencia”. Estas acciones, sin embargo, han sido criticadas como una purga de funcionarios no alineados con la administración.

Las filtraciones han puesto en el centro del debate la credibilidad y la independencia de las agencias de inteligencia estadounidenses. La evaluación final sobre Tren de Aragua, publicada el 5 de mayo tras una solicitud de la Ley de Libertad de Información, mantuvo su conclusión original de que no había coordinación significativa entre el gobierno venezolano y la pandilla, a pesar de los esfuerzos de Kent por modificarla. Esto sugiere que las presiones políticas no lograron alterar completamente el producto de inteligencia, pero el incidente ha dañado la confianza en el proceso. Críticos, como el senador Mark Warner, han advertido que estos eventos podrían afectar alianzas internacionales, especialmente con socios del “Five Eyes” (EE.UU., Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda), que dependen de la confidencialidad y objetividad de la inteligencia compartida.

Más allá de la comunidad de inteligencia, las filtraciones han alimentado el debate sobre las políticas migratorias de Trump y su uso de poderes ejecutivos extraordinarios. La invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros para deportaciones masivas, basada en afirmaciones ahora cuestionadas, ha sido criticada como una maniobra para consolidar apoyo político entre sectores que favorecen políticas antiinmigrantes. Este incidente, combinado con otros reportes de filtraciones en la administración Trump, sugiere un ambiente de desconfianza interna que podría complicar la gobernanza en el futuro.