Habló el filtrador de Qatar 2022 que fue encarcelado luego de revelar el trato inhumano a trabajadores migrantes 

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Abdullah Ibhais, ciudadano jordano, fue director de comunicaciones del Comité Supremo de Gestión y Patrimonio (organizador de la Copa Mundial de Qatar de 2022). Fue detenido en 2019, algunos meses después de haber expresado su preocupación por el trato infligido a los trabajadores migrantes en los proyectos de construcción relacionados con la Copa Mundial y tras haber filtrado información sobre esa situación. La FIFA se negó a apoyar públicamente los llamamientos para que Ibhais fuera juzgado con garantías, después de que éste afirmara que había sido sometido a amenazas y coacción para sacarle una declaración de culpabilidad por «malversación de fondos públicos», y pasó tres años y medio en la cárcel. 

En agosto de 2019, después de que un grupo amplio de trabajadores migrantes que vivían en el campo de trabajo de Al Shahaniya se declarara en huelga para protestar contra el impago de salarios, Ibhais presentó pruebas a sus colegas del Comité Supremo de que algunos de los trabajadores habían participado en la construcción de estadios para la Copa Mundial de 2022. Además, aconsejó a esta entidad que reconociera públicamente la implicación de su personal y se centrara en resolver la situación.

Posteriormente, Ibhais fue excluido del área de trabajo alrededor de los trabajadores migrantes. En octubre de 2019, dos meses después, el Comité de la Copa del Mundo inició una investigación sobre Ibhais por acusaciones de corrupción relacionadas con una tarea en las redes sociales.

Cuando Ibhais se dio cuenta de que estaba siendo investigado, decidió asegurar los documentos y chats internos que tenía en su poder. En abril de 2021, fue declarado culpable por un tribunal y condenado a cinco años de prisión, que luego se redujo a tres años y medio. Siempre ha mantenido su declaración de inocencia. En ese momento, Abdullah Ibhais aún no estaba en prisión debido a su apelación.

En otoño de 2021, entregó varios documentos internos a organizaciones de derechos humanos, así como a la revista Sport inside y Sportschau para demostrar la arbitrariedad de las acusaciones en su contra. Los informes muestran que había hecho campaña por la educación y el trato humano de los trabajadores migrantes, y que se había visto presionado precisamente por ello. Pocos días después de las primeras publicaciones sobre su caso, fue detenido en Qatar.

Condiciones inhumanas de detención

Abdullah Ibhais

Ibhais fue liberado en marzo de este año y hace pocas semanas dio una entrevista al medio deportivo Sportschau. En esa entrevista relató las condiciones de su detención como inhumanas: celdas superpobladas, sin higiene, sin atención médica, alimentación inadecuada. Pero lo peor, dice, fue la sensación de completa desesperanza.

Durante su cautiverio se le prohibió cualquier contacto con el mundo exterior, le negaron las visitas, le quitaron los derechos telefónicos y se ordenó su aislamiento. Razones por la cual se declaró en huelga de hambre.

Un rayo de esperanza: la denuncia ante el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria. El año pasado, llegó a la conclusión de que su detención era arbitraria y carecía de fundamento jurídico. «Cuando recibí su veredicto, finalmente sentí que alguien estaba reconociendo lo que me habían hecho», dijo.

«Qatar no ha rendido cuentas. La FIFA tampoco»

Incluso en libertad, Ibhais no quiere quedarse callado. Respecto a esto declaró al medio deportivo: «Intentaré todo para que se haga justicia, porque Qatar aún no ha rendido cuentas. Y la FIFA tampoco»Está considerando emprender acciones legales, en Suiza, en los Estados Unidos, ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. «No se trata solo de mi historia personal«, dice: «Se trata de que alguien reconozca: sí, ocurrieron estas violaciones. Sí, estaban encubiertos. Y sí alguien tiene que asumir la responsabilidad de ello. Por mí y por los trabajadores que sufrieron»

Human Rights Watch declaró en su momento, que la fiscalía no presentó elementos de prueba admisibles de que Ibhais hubiera cometido algún delito. El tribunal de apelación confirmó que la única prueba en la que se basaba era su confesión, de la que el acusado se había retractado durante el juicio alegando que se había obtenido mediante amenazas y coacción.

 

Con información de Sportschau y Amnistía Internacional.