El Centro de Detención de migrantes Krome en Miami, Florida, ha sido objeto de un intenso debate en las últimas semanas debido a la difusión de videos virales que muestran condiciones inhumanas dentro de sus instalaciones.
Uno de los casos más destacados es el de Osiriss Azahael Vázquez Martínez, un ciudadano mexicano que grabó clandestinamente las condiciones de hacinamiento, mostrando a decenas de migrantes durmiendo en el suelo, en sillas o sobre mesas bajo una luz blanca constante.
En su desesperado mensaje, Vázquez Martínez denunció que llevaban más de 20 días detenidos sin comunicación, algunos incluso más de un mes, y suplicó ayuda antes de ser deportado el 14 de marzo, tres días después de publicar el video en TikTok. Este material, que alcanzó millones de visualizaciones, encendió las alarmas sobre la situación en Krome y desató una ola de indignación pública.
@osiriss982♬ sonido original – Osiriss
En uno de los videos, Vázquez Martínez se esconde debajo de la mesa y habla a cámara: “Estamos en el centro de detención de Krome, aquí en Miami, Florida. Estamos secuestrados. Estamos en un proceso de deportación pero llevamos más de 20 días, hay personas que llevan más de un mes que no se pueden comunicar. Por favor ayúdenos”, dice.
@osiriss982♬ sonido original – Osiriss
La crisis en Krome se ha agravado con reportes de dos muertes recientes que han intensificado las críticas hacia las autoridades migratorias. El 23 de enero falleció Genry Ruiz Guillén, un hondureño de 29 años, y el 20 de febrero le siguió Maksym Chernayak, un ucraniano de 44 años que había ingresado al país bajo un programa humanitario. Ambos fueron trasladados a hospitales tras su tiempo en el centro, pero las circunstancias exactas de sus muertes aún no han sido esclarecidas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Estas tragedias han sido citadas por activistas y familiares como evidencia de las condiciones deplorables, incluyendo falta de atención médica adecuada, hacinamiento extremo y escasez de alimentos y agua, lo que ha llevado a algunos detenidos a preferir la deportación antes que permanecer en el centro.
Las protestas no se han hecho esperar. El fin de semana pasado, decenas de personas se manifestaron frente a la entrada de Krome, exigiendo el cierre del centro y una investigación exhaustiva sobre las denuncias de maltrato. Los manifestantes, respaldados por abogados y organizaciones de derechos humanos, han destacado testimonios como el de Octavio Pérez Rodríguez, un cubano que, tras más de un mes detenido, pidió ser deportado a Cuba debido al insoportable dolor físico y emocional que experimentaba.
Este caso refleja una tendencia alarmante: muchos migrantes, enfrentados a la desesperación, están optando por abandonar sus procesos migratorios en Estados Unidos para escapar de las condiciones en Krome, un fenómeno que los críticos señalan como un ejemplo de “crueldad como estrategia disuasoria”.
En las últimas horas, la presión sobre ICE ha aumentado con nuevos reportes que confirman el exceso de ocupación en el centro. Aunque la agencia ha admitido el hacinamiento, lo ha minimizado como un problema temporal debido al incremento de detenciones.
Sin embargo, testimonios de exdetenidos y familiares contradicen esta narrativa, describiendo baños insuficientes, higiene deficiente y brotes de enfermedades sin atención médica oportuna. El canal de TV Univisión 23 informó que algunos migrantes han pasado hasta cinco días sin bañarse, mientras que otros, enfermos, no reciben ni siquiera mascarillas para protegerse o proteger a los demás. Esta situación ha llevado a expertos legales a advertir que las condiciones podrían violar derechos humanos básicos.

Protestas afuera del centro de detención Krome, en Miami
La cobertura mediática reciente, incluyendo artículos de El País y La Nación publicados el 1 de abril, ha puesto el foco en cómo Krome se ha convertido en un símbolo de las políticas migratorias más duras bajo la administración de Trump. Los videos de Vázquez Martínez, combinados con las muertes y las protestas, han generado un debate nacional sobre el trato a los migrantes en detención. Mientras tanto, ICE sostiene que las mujeres detenidas, aunque presentes temporalmente en Krome, no se mezclan con la población masculina, una aclaración que no ha calmado las críticas sobre el trato general. En respuesta, algunos legisladores han comenzado a pedir el cierre de estas instalaciones, argumentando que perpetúan un “desastre humanitario”.
Organizaciones como Americans for Immigrant Justice han documentado que en espacios diseñados para 85 personas se han llegado a alojar hasta 200, una cifra que subraya la magnitud del problema.