El interrogatorio que el juez Adolfo Carretero realizó a la actriz Elisa Mouliaá en la instrucción del caso por la denuncia contra el exportavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón, ha provocado gran indignación en la opinión pública española.
El 16 de enero Adolfo Carretero, titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, tomó declaración a la denunciante y al denunciado. Los vídeos de esas dos comparecencias se han filtrado a los medios durante los últimos días, lo que ha provocado una gran repercusión con el foco puesto en la actuación del magistrado.
Carretero hizo preguntas con un claro sesgo machista, interrumpió constantemente a la denunciante, la apuró para terminar sus respuestas y tuvo un comportamiento calificado, casi unánimemente, de agresivo.
«¿Por qué tardó tres años en denunciarlos hecho?», «¿No sería que usted quería algo con él?», «Pero vamos a ver, usted es una persona acostumbrada a tratar con el público, su profesión es actriz, ¿no es capaz de decir a este señor que esas condiciones no son aceptables?», «¿Cuánto tiempo estuvo chupándole las tetas?», fueron algunas de las cuestionadas intervenciones del juez.
Sin embargo, el tono empleado por Carretero durante la declaración de Errejón fue muy diferente, dejando hablar al querellado y apuntalando sus afirmaciones con un «sí, sí» final.
Contrario a las agresivas preguntas que formuló a la víctima para poner en duda su testimonio, el juez llegó a sugerirle a Errejón el siguiente cuestionamiento: «¿Por qué cree que le denuncia [Mouliaá]? ¿Cree que hay algún motivo espurio?».
Las reacciones
Una de las primeras personas en mostrar en público sus críticas a esta actuación judicial fue la ministra de Igualdad, Ana Redondo: «Este tipo de interrogatorio revictimiza a las mujeres y las aleja de la denuncia y de la protección. El juez debe valorar las pruebas, no cuestionar a la víctima», escribió en su cuenta de X.
Las críticas han llegado desde casi todos los ámbitos. «No sé lo que ocurrió entre Mouliaá y Errejón, pero en las declaraciones del juicio quedó claro quién fue el acosador. El juez, sin duda alguna», espetó el conocido presentador y cómico Pedro Ruiz.
También el juez Juaquim Bosch, portavoz de la Asociación Juezas y Jueces para la Democracia, ha hecho hincapié en las insuficiencias de la formación en perspectiva de género del poder judicial.
La jueza Vicky Rossell, exdelegada del Gobierno contra la Violencia de Género, ha denunciado el trato recibido por Mouliaá: «Espero que no solo las feministas, también la abogacía, judicatura y fiscalía actúen ante las filtraciones, vulneración de derechos y grave maltrato institucional, incluidos gritos e interrupciones constantes a una denunciante de agresión sexual», defendió.
Además, no solo el trato ofrecido por el magistrado está en el punto de mira, sino también la propia filtración de los videos de las declaraciones.
Investigan al juez
En pleno escándalo por el polémico interrogatorio realizado por Carretero, se conoció que el Poder Judicial abrió una investigación en su contra tras recibir más de 900 quejas y denuncias por los dichos y preguntas del togado durante el testimonio de Mouliaá.
Según el medio local El Diario, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) abrió una diligencia informativa a cargo de Ricardo Conde, para determinar la apertura de un expediente contra Carretero, lo que podría concluir en una sanción por sus acciones.
Por su parte, el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ «rechazo» la filtración de las declaraciones del caso y recordó la «especial protección» que la ley otorga al derecho a la intimidad de las víctimas de este tipo de delitos.
El descargo de Carretero
En una entrevista que dio a Antena 3, recogida por la agencia Europa Press, el juez Adolfo Carretero se defendió de las acusaciones.
“Si la denuncia contiene términos groseros, pues yo de eso no tengo la culpa. Yo lamento mucho que alguien haya podido sentirse ofendido, pero desde luego mi intención en absoluto es ofender a una víctima, porque tengo el máximo respeto por todas las mujeres”.
El juez reconoció que hubo gente que se puede sentir “molesta” con el interrogatorio y agregó que “a lo mejor muchas personas no saben lo que es una declaración judicial”. En esta línea, ha recalcado que la técnica que utilizó es la de “indagar”, “contrarrestar” y “hacer ver las contradicciones” yendo “línea por línea” de la denuncia.
Con respecto a las críticas por su lenguaje utilizado durante la indagatoria, se mostró ofuscado ya que según él utilizó palabras que venían de la propia denuncia. En ese sentido añadió: “Yo me asombro, me asombro de que en el siglo XXI, en el siglo XXI y tal cual está la sociedad, por decir la palabra ‘culo’, que es simplemente, digamos, el argot de ‘nalga’, eso pueda significar un escándalo”. También recalcó que no tiene “ningún inconveniente” en no volver a utilizar más el lenguaje por el que se le ha cuestionado.
En esta misma línea, explicó que hubiera cambiado el tono utilizado en el interrogatorio, por preguntas “no tan rápidas”, si hubiera sabido que la declaración la iba a visualizar “toda España”. “Pero desde luego, las preguntas hubieran sido las mismas, porque son las que proceden”, afirmó defendiendo su accionar.
Su opinión sobre la filtración
Respecto a las filtraciones de las declaraciones judiciales de Errejón y Mouliaá, el magistrado dijo que es un delito de revelación de secretos por el cual se podría imponer hasta 60.000 euros de multa, y denunció el “teatro” que han ocasionado. “Cuando nosotros hacemos unas declaraciones, las hacemos para las partes. No como está pasando ahora, como si esto fuese un teatro, que tuviese que verlo toda España”. Y añadió “cuando una cosa la ve todo el mundo, pues todo el mundo opina, todo el mundo dice, etc”.
El juez Carretero también ha confirmado que instó a la Fiscalía a investigar la filtración de los vídeos de la declaración, entre otras cosas, porque es “gravísimo” y “expone públicamente” a la presunta víctima de un delito sexual. El magistrado ha asegurado que tiene “sospechas y bastante fehacientes” de la autoría y se muestra sorprendido de que nadie haya denunciado “esa exposición ignominiosa” de la actriz Elisa Mouliaá.
Con información de RT y La Vanguardia.