El filtrador que demostró que la industria del tabaco envenenaba a sus clientes como política comercial

Filtraciones

Jeffrey Wigand es un científico que se desempeñaba como vicepresidente del área de Investigación y Desarrollo de una de las tabacaleras más importantes de los Estados Unidos. Luego de ser despedido por las advertencias que le hizo a la compañía sobre el contenido adictivo y potencialmente cancerígeno que contenían sus cigarrillos, denunció ante la prensa que, no sólo no lo escucharon, sino que se negaron a quitar esos productos para no perder clientes.

En la actualidad, hay varios estudios y estadísticas que dan cuenta de los efectos del tabaco en el organismo y las enfermedades relacionadas a su consumo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, “Cada año, el tabaco mata a 8 millones de personas, como mínimo, y varios millones más padecen cáncer de pulmón, tuberculosis, asma o enfermedades pulmonares crónicas causadas por el tabaco”.

En la década del 90, aunque en menor medida, se sabía también acerca de la nocividad del tabaco, pero las empresas tabacaleras intentaban minimizar o restarle importancia a la información sobre los efectos, además de también ocultar el contenido de sus productos.

Jeffrey Wigand, el filtrador.

Wigand, quien había sido contratado por la compañía tabacalera «Brown and Williamson Tobacco Corporation» entre 1989 y 1993,originalmente para producir un cigarrillo más seguro, había sido despedido luego de advertirles a sus jefes sobre la toxicidad de los componentes utilizados y la adicción que estos generaban en las personas. 

La filtración

Tiempo después, el científico se puso en contacto con el productor del reconocido programa periodístico 60 Minutos de la cadena CBS, Lowell Bergman, y este lo convenció de que contara su historia en una entrevista para el programa. 

Lowell Bergman, exproductor de la cadena CBS.

Wigand aceptó la propuesta y en 1995 fue entrevistado por el periodista Mike Wallace. Pero el programa no fue transmitido sino hasta el año siguiente, dada la presión de la compañía tabacalera que amenazó a la cadena con juicios millonarios, por el acuerdo de confidencialidad que había firmado Wigand como empleado.   

El 26 de enero de 1996, The Wall Street Journal publicó un artículo en primera plana sobre Wigand. El CBS Evening News transmitió parte de la entrevista de Wigand esa noche, y 60 Minutos finalmente transmitió la entrevista completa ese mismo año.

Wigand dijo que la empresa sabía desde hacía mucho tiempo que estaba vendiendo un producto adictivo, a pesar del testimonio contrario de su director ejecutivo ante el Congreso. Y detalló cómo la compañía modificaba genéticamente el tabaco para incluir la mayor cantidad de nicotina, un componente altamente adictivo.

El científico también declaró haber realizado estudios donde se demostraba enfáticamente la toxicidad de la cumarina, un compuesto químico similar a la vainilla que fue prohibido en la industria alimentaria en los años 50 por su alto grado de toxicidad.

Luego de haber filtrado su historia ante la prensa, Wigard sufrió persecuciones por parte de la tabacalera que intentó por todos los medios desacreditar sus afirmaciones, e incluso lo llevó a juicio por incumplimiento de contrato. 

La decisión de Wigand de filtrar la información cambió la percepción que el público tenía de la industria del tabaco. De hecho su testimonió tuvo como consecuencia una ola de demandas contra las compañías, así como una mayor regulación y conciencia pública sobre los riesgos para la salud asociados con el tabaquismo. También llevó a la creación de protecciones para los denunciantes y leyes diseñadas para alentar y proteger a las personas que denuncian las irregularidades.

La historia fue llevada al cine en el film The Insider, protagonizada por Russell Crowe en el papel del científico y Al Pacino como el productor de la CBS, Lowell Bergman.

Después de aquel hecho, Jeffrey Wigand dedicó su vida a ser un activista en contra del consumo del tabaco, sobre todo en los niños.