En agosto de 2023 el experto informático, Walter Delgatti Netto, fue condenado por la Justicia brasileña a 20 años de prisión, tras ser acusado de organización criminal, blanqueo de capitales e interceptación de comunicaciones.
Según la Justicia, Delgatti Netto, hackeó la aplicación de mensajería Telegram, expuso millones de diálogos de personalidades públicas, incluyendo a miembros del grupo de trabajo del famoso caso de corrupción denominado Lava Jato, y luego intentó venderlos a la prensa.
En esa filtración, que luego fue publicada por el portal brasileño-estadounidense The Intercept, se hallaban conversaciones entre el exfiscal Deltan Dallagnol y el exjuez y actual senador opositor Sergio Moro, que expusieron cómo conspiraron para meter preso al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
«Siempre pensé que esa información que había de Lava Jato era de interés público, nunca he filtrado nada que sea del ámbito privado de las personas«, argumentó Delgatti en una entrevista con el portal Brasil 247.
El Moroleaks
The Intercept publicó los chats filtrados bajo el rótulo de «Moroleaks». La autenticidad de los diálogos fue luego confirmada por las pericias de la Corte Suprema. «Al final tendremos un buen día», le decía Moro en un chat de Telegram a Dallagnol, jefe de los fiscales del Lava Jato. Dallagnol le contó que estaba preparando la denuncia contra Lula acerca del supuesto soborno con un departamento en el balneario de Guarujá por la empresa OAS como retribución a los contratos obtenidos por la constructora con la estatal Petrobras.
Por ese caso Lula fue condenado, estuvo preso 510 días y fue inhabilitado para participar de las elecciones presidenciales de 2018 en las que era favorito y que dieron como ganador a Jair Bolsonaro.
En los chats filtrados, Moro y los fiscales acordaban procedimientos sin informar a las defensas de los acusados, hablaban de operar a periodistas y defendían haber cometido hechos ilícitos ya que estaban cubiertos por el «apoyo popular y de los medios».
En las transcripciones Moro, Dallagnol y otros fiscales revelaron contactos ilegales con la fiscalía de Suiza y el Departamento de Justicia de Estados Unidos, sin cumplir con los debidos procedimientos. En una de las conversaciones Livia Tinoco, una de las fiscales del Lava Jato, confesó que Moro, la cámara de apelaciones de Porto Alegre y la TV Globo tenían el sueño de ver a Lula preso y calificó ese momento como un «orgasmo múltiple».
La Justicia tomó como prueba a la filtración
En 2021 la Corte Suprema anuló las sentencias contra Lula al considerar que Moro y los fiscales persiguieron políticamente al líder del Partido de los Trabajadores para retirarlo de la vida política. A raíz de la condena, el actual presidente brasileño quedó inhabilitado para disputar la presidencia en 2018. Por su parte, Sergio Moro luego fue nombrado ministro de Justicia de Bolsonaro y actualmente es senador opositor por el partido de derecha Unión Brasil.
Esa filtración fue determinante para que El Supremo Tribunal Federal (STF) aceptara un pedido de la defensa del presidente Luiz Inácio Lula da Silva de anular las pruebas obtenidas a partir de acuerdos de colaboración con directivos de la empresa Odebrecht. El máximo tribunal entendió que esas pruebas fueron obtenidas de forma ilegal por Moro y los exfiscales de la operación Lava Jato, y consideró la detención del presidente como «uno de los mayores errores judiciales en la historia del país».
Delgatti acusó a Bolsonaro de pedirle que hackee las urnas tras las elecciones
En su declaración ante la Comisión Parlamentaria Conjunta de Investigación, que investiga los actos golpistas del 8 de enero de 2023, Delgatti Netto aseguró que se reunió con Jair Bolsonaro en agosto de 2022 y que este le habría prometido indultarlo luego de contratarlo para simular un fraude con las urnas electrónicas, desacreditar a la Justicia Electoral y crear un escenario político para desconocer la victoria de Lula da SIlva.
«Me prometió el indulto por los delitos con este trabajo; yo sabía que era delito, pero era una orden del presidente de la República», dijo Netto.
También declaró que recibió 40.000 reales –9.000 dólares– de la diputada ultraderechista Carla Zambelli como adelanto por colaborar, y la promesa de convertirse en empleado del Gobierno en caso de que Bolsonaro fuese reelecto.
Como respuesta, Bolsonaro admitió tras el testimonio que recibió al hacker, pero descalificó totalmente sus declaraciones. «Hubo una reunión, lo mandé al Ministerio de Defensa a conversar con técnicos» y «ahí murió el asunto», dijo.
En otra parte de su declaración, Delgatti aseguró que Bolsonaro le pidió más adelante que implantara un «bug» de seguimiento oculto, para intervenir las comunicaciones telefónicas del juez supremo y entonces presidente del Tribunal Superior Electoral, Alexandre de Moraes, uno de los «enemigos» que alegó Bolsonaro durante la campaña. La solicitud se habría hecho por teléfono a través de la diputada Carla Zambelli, quien se había reunido con Delgatti en un restaurante del interior de San Paulo.
Por este caso, el informático fue condenado en abril de este año a diez meses de prisión por difamación hacia el expresidente Bolsonaro.