Reality Winner, ex lingüista de las Fuerzas Aéreas de EE.UU., fue detenida el 3 de junio de 2017 y se la acusó de filtrar documentos clasificados sobre defensa bajo la Ley de Espionaje mientras trabajaba con una empresa privada contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA).
El 26 de junio, se declaró culpable en un tribunal federal del estado de Georgia de un cargo de transmisión no autorizada de información de defensa nacional, tras filtrar a The Intercept un informe clasificado sobre los intentos de Rusia de injerencia en una compañía de máquinas de votación y sobre autoridades electorales en las presidenciales de 2016 en Estados Unidos.
El documento, publicado por The Intercept en junio de 2017, describía intentos de phishing por parte de la inteligencia militar rusa contra funcionarios electorales locales de EE.UU..
La Ley de Espionaje data de 1917, una norma aprobada durante la Primera Guerra Mundial para enjuiciar a individuos que compartieron secretos del gobierno con enemigos de Estados Unidos.
La sentencia de Winner en 2018 fue la más larga que alguien haya recibido por el delito federal de filtrar información clasificada a la prensa. Los críticos dicen que el Departamento de Justicia de la era Trump trató de dar ejemplo a Winner, que tenía 25 años en ese momento y no tenía antecedentes penales.
«Estoy encantado de anunciar que Reality Winner ha sido liberada de prisión. Todavía está bajo custodia en el proceso de reingreso residencial, pero estamos aliviados y esperanzados», dijo la abogada de Winner, Alison Grinter Allen, en un comunicado tras su liberación.
«Reality y su familia han pedido privacidad durante el proceso de transición mientras trabajan para sanar el trauma del encarcelamiento y reconstruir los años perdidos. Su liberación no es producto del perdón o del proceso de liberación compasiva, sino más bien del tiempo ganado con su comportamiento ejemplar mientras estuvo encarcelada», aseguró Allen.
El documento que filtró no contenía evidencia de colusión entre el entonces candidato presidencial Donald Trump y Rusia. Dijo que Rusia había penetrado en el sistema electoral de EE.UU., pero no que había hecho nada para manipular las listas de votantes o los votos. La filtración expuso fallas en el sistema y al mismo tiempo mostró que Rusia mantenía abiertas sus opciones de intromisión, tal como lo han hecho en otros países y como lo ha hecho EE.UU. en casi todos los países del planeta.
The Intercept publicó el documento en cuestión junto con una historia sobre su importancia el 5 de junio de 2017. El Press Freedom Defense Fund, que forma parte del First Look Institute, la empresa matriz de The Intercept, apoyó la defensa legal de Winner .
Winner salió de la cárcel tras cuatro años de condena en junio de 2021.
«Es una maravillosa noticia que Reality Winner finalmente haya salido de prisión», dijo Betsy Reed, editora en jefe de The Intercept. “Su arresto y sentencia de 63 meses, la más larga en la historia de un tribunal federal por el presunto delito de ser fuente de un periodista, fue una injusticia masiva destinada a silenciar a otros filtradores y amenazar la práctica del periodismo de seguridad nacional. El Departamento de Justicia de Trump nunca debería haberla procesado y el presidente Biden debería haberla perdonado”.
Los funcionarios electorales estadounidenses tomaron medidas importantes en respuesta a las revelaciones de Winner. La filtración de Winner ayudó a que las elecciones de 2018 fueran más seguras, confirmando informes anteriores de Intercept .
Winner padeció una grave depresión y un trastorno alimenticio estando presa. En el juicio, Winner no pudo hablar sobre el documento ni por qué lo filtró, pero luego rechazó la idea de que alguna vez había hecho algo para poner al país en riesgo. Todo lo contrario, dijo: “Pensé que esto era la verdad, pero tampoco traicioné nuestras fuentes y métodos, no causé daños, no puse vidas en juego».
Una forma en que el gobierno logró negarle la libertad bajo fianza fue sugiriendo que sus habilidades lingüísticas (habilidades en las que había sido entrenada por el ejército) significaban que podría desertar y unirse a los talibanes. Esa acusación, de que era una especie de traidora, la sacudió hasta lo más profundo y la persiguió durante todo el tiempo que estuvo recluida.
En un giro inquietante de los acontecimientos, Trump se enfrenta ahora a 37 cargos criminales relacionados con documentos de alto secreto incautados en su residencia en Mar-a-Lago. Pero Winner no se regodea con su desgracia. “Por lo que sé, está siendo mucho mejor tratado que yo, pero también leí su imputación y me pregunto cuántos de esos documentos implicaban un verdadero riesgo para la seguridad nacional”, aseguró a Vanity Fair. Cuando la procesaron bajo la aplicación de la Ley de Espionaje, según ella “lo exageraron todo. Lo único que tuvieron que hacer fue recurrir a todos los clichés y decir que había puesto en peligro la seguridad nacional de manera irreparable y jamás tuvieron que demostrarlo para obtener una condena”.
Reality Winner en dos documentales
El documental «United States vs. Reality Winner» (2021), disponible en la plataforma de streaming MUBI, muestra grabaciones de su interrogatorio, sus primeras llamadas a familiares y la filtración que cambió su vida.
Winner, ahora de 31 años, afirma que el documental le dio «una sensación de esperanza de que algún día la gente conocería la totalidad de la historia». La cineasta Sonia Kennebeck siguió de cerca el caso, asistiendo a las vistas previas al juicio, ya que pocos periodistas cubrían el proceso.
Ahora de vuelta en libertad condicional, Winner lucha por rehacer su vida, sin querer ver las dramatizaciones de su caso. Dice que su condena de delito grave siempre la perseguirá, impidiéndole generar ingresos por su historia. El documental busca dar a conocer su versión completa de los hechos.
Ahora que sus tres años de libertad condicionada se acercan a su fin, Winner está deseando ver qué le depara el futuro. Sueña con abrir un gimnasio de CrossFit, pero no tiene ninguna intención de ver Reality, una película producida por HBO sobre su caso y protagonizada por Sydney Sweeney, estrenada en 2023. «Hay un trauma residual del que físicamente no me puedo recuperar que es producto de haber estado en una celda de la cárcel y ver cosas sobre ti en una pantalla de televisión», dice Winner. «Si me veo o me escucho en cualquier pantalla, empiezo a temblar muchísimo por aquel primer año viéndome en las noticias. Me emociona que la atención que reciba la película de HBO, la interpretación dramatizada de mi interrogatorio real, no vaya sino a aumentar el número de gente que quiera conocer la historia completa. Mis MDs (mensajes directos en redes sociales) están llenos de gente que quiere saber más, y este documental debería responder a todas esas preguntas».
No obstante, lo cierto es que su declaración de culpabilidad podría hacer que su vida nunca se parezca a lo que ella esperaba: “Mi identidad como filtradora condenada por un delito grave, al estar vinculada a dicho acuerdo de culpabilidad, va a estar siempre ligada a lo que sea que pueda hacer económicamente con mi vida. Realmente no puedo generar ingresos haciendo uso de cualquier tipo de notoriedad. Mi historia puede contarse en películas y libros, pero yo me voy a pasar la vida pidiendo trabajo en Walmart en Kingsville, Texas, y siendo rechazada por mi condición de delincuente”.