Vatileaks II: Las filtraciones que pusieron en jaque las reformas financieras del Papa Francisco

Filtraciones

Las filtraciones conocidas como Vatileaks II ocurrieron en 2015 y revelaron documentos internos del Vaticano que exponían casos de mala gestión financiera, lujos excesivos y corrupción dentro de la Santa Sede. Esta filtración fue una continuación del escándalo original de 2012, pero en esta ocasión se centró principalmente en los informes confidenciales recopilados por la comisión COSEA (Comisión para el Estudio de los Asuntos Económicos y Administrativos), creada por el propio papa Francisco en 2013.

Su objetivo era reformar la economía vaticana y hacerla más transparente. Los documentos filtrados, publicados en los libros Avarizia de Emiliano Fittipaldi y Via Crucis de Gianluigi Nuzzi, detallaban irregularidades financieras en el uso de fondos destinados a obras de caridad y prácticas poco éticas entre altos cargos eclesiásticos. Francisco desempeñó un rol clave al iniciar estas investigaciones internas y al insistir en una mayor rendición de cuentas en los organismos financieros del Vaticano.

Consecuencias judiciales

Las consecuencias judiciales del caso fueron significativas y poco comunes para la historia reciente del Vaticano.

En 2016, el tribunal vaticano procesó a cinco personas, incluidos los periodistas Nuzzi y Fittipaldi, aunque estos fueron absueltos por falta de jurisdicción. Los otros tres acusados fueron monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda, miembro de la COSEA, la relacionista pública Francesca Chaouqui y el asistente informático Nicola Maio. Vallejo Balda fue condenado a 18 meses de prisión por haber filtrado documentos, aunque fue liberado tras cumplir parte de la pena.

Chaouqui fue condenada a 10 meses con sentencia suspendida. Este proceso marcó un momento histórico, al ser una de las pocas veces en que el Vaticano llevó a cabo un juicio penal de esta magnitud, reafirmando el compromiso de Francisco con la transparencia, a pesar de las resistencias internas que enfrentó por sus reformas.

Las filtraciones de Vatileaks II

Las filtraciones de Vatileaks II consistieron en la divulgación de cientos de documentos confidenciales del Vaticano que sacaban a la luz un entramado de mala administración financiera, despilfarro y resistencia interna a las reformas impulsadas por el papa Francisco. Entre los hallazgos más impactantes filtrados estaba el uso indebido de fondos destinados a obras benéficas para gastos personales de algunos cardenales, como remodelaciones de apartamentos de lujo o compras suntuosas.

También se revelaron contratos inflados, pérdidas millonarias en inversiones mal gestionadas y presiones internas para frenar los intentos del Papa de transparentar las cuentas vaticanas. Los documentos evidenciaban que incluso obras como el Óbolo de San Pedro, supuestamente destinadas a los más necesitados, eran en parte desviadas para cubrir déficits administrativos o lujos clericales.

Otro aspecto revelador fue la fuerte resistencia de sectores conservadores dentro de la Curia romana frente a los esfuerzos de Francisco por reformar las finanzas vaticanas. Las filtraciones expusieron cómo ciertos miembros de alto rango trataban de bloquear medidas de control, como auditorías independientes y mayor centralización del manejo de fondos.

También se conocieron tensiones internas dentro del Instituto para las Obras de Religión (IOR, conocido como el “Banco Vaticano”), que Francisco intentaba sanear tras años de escándalos. Los documentos dejaron ver cómo la corrupción estaba institucionalizada en algunas estructuras y cómo el Papa enfrentaba un complejo aparato de poder que buscaba proteger sus privilegios. La publicación de esta información a través de los libros de Nuzzi y Fittipaldi no solo desató un terremoto mediático, sino que también puso en evidencia los obstáculos que Francisco enfrentaba desde dentro del propio Vaticano.