Los legisladores del Reino de Eswatini exigen que el ministro de finanzas del país, Neal Rijkenberg, responda preguntas sobre una filtración de documentos confidenciales que formaron la base de la reciente filtración Swazi Secrets del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación , que reveló el papel poco conocido de Eswatini como posible oleoducto en la economía ilícita del oro del sur de África.
Los miembros del parlamento de Eswatini, que insisten en saber si alguien ha rendido cuentas por la filtración y qué medidas se han puesto en marcha para evitar futuras filtraciones, presentaron una moción el mes pasado para detener a Rijkenberg.
En una señal ominosa para la libertad de prensa en Eswatini, el debate en torno a la moción giró hacia teorías conspirativas, y los parlamentarios sugirieron que la filtración podría haber sido un complot para desestabilizar el reino, la última monarquía absoluta de África.
El diputado que presentó la moción, Welcome Dlamini, cuestionó el motivo de la filtración. Según los medios locales , dijo al parlamento que la filtración era un intento de fomentar la revolución y dijo: «¿Cuál es la intención de esta filtración mientras acabamos de sufrir un disturbio civil? Necesitamos establecer el motivo de estas filtraciones».
Dlamini, un ex periodista que fue presidente de la Asociación Nacional de Periodistas de Suazilandia, había pedido anteriormente una regulación estatal más estricta de los medios de comunicación en Eswatini.
#Eswatini 🇸🇿 : MP W. Dlamini tabled a motion in parliament to introduce measures against journalists who criticise the regime of King Mswati III. RSF condemns this attempt, which could prevent investigations of public interest, such as “Swazi Secrets.” pic.twitter.com/QEmeKjDkkU
— RSF (@RSF_inter) July 25, 2024
El diputado que apoyó su moción, Alec Lushaba, también ex periodista, afirmó que la filtración podría haber venido de instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial, que, según él, vigilan el uso que hacen los Estados de su dinero. Según los medios locales, Lushaba preguntó: “¿Por qué deberíamos confiar en que la filtración vino del país y no de las mismas organizaciones?”.
Al menos un diputado se mostró abiertamente en desacuerdo con Dlamini. Nomalungelo Simelane dijo a sus compañeros legisladores que “si no fuera por los filtradores, no estaríamos al tanto de la corrupción de alto nivel que ocurre en el país. ¿Por qué centrarse en los filtradores y no tomar medidas contra aquellos que fueron expuestos por las filtraciones como autores de prácticas corruptas?”
Cómo fue la filtración «Swazi Secrets»
La investigación se centró en el asediado Farmer’s Bank , al que se le había concedido indebidamente una licencia para operar en el reino. La filtraciñon Swazi Secrets mostró cómo la presión política ayudó a que se aprobara la solicitud de licencia del banco. También reveló el papel inusual que desempeñó Rijkenberg, el ministro de Finanzas, en el banco.
Swazi Secrets se basó en una filtración de más de 890.000 documentos de la Unidad de Inteligencia Financiera de Eswatini, que supervisa las transacciones financieras en el reino e informa sobre presuntos casos de lavado de dinero y otras actividades ilícitas. Estos documentos fueron obtenidos por Distributed Denial of Secrets , una organización sin fines de lucro dedicada a publicar y archivar filtraciones, que los compartió con ICIJ. ICIJ coordinó un equipo de 38 periodistas en 11 países para examinar los documentos.
Swazi Secrets también reveló cómo personajes cercanos al rey de Eswatini se beneficiaron de su influencia y de los débiles controles financieros y de lucha contra el blanqueo de dinero del país, incluido Rijkenberg. Rijkenberg fue nombrado en los documentos en relación con una de sus empresas que compró software espía israelí sensible, supuestamente para uso del gobierno y la policía.
El Estado ha tomado medidas drásticas contra la disidencia y las críticas desde que en 2021 se produjeron disturbios generalizados contra el gobierno en los que murieron decenas de personas. Los medios de comunicación del país están estrechamente controlados y los periodistas son amenazados, detenidos, sometidos a violencia y obligados a exiliarse con frecuencia.
Sadibou Marong, director de Reporteros sin Fronteras para África subsahariana, señaló que la medida forma parte de una larga tradición de “impedir que los periodistas trabajen con libertad e independencia” en Eswatini. “Creemos que esta medida [es una prueba de] una tendencia al empeoramiento de la libertad de prensa”, dijo a ICIJ.
Publicado en icij.org