Por Guillermo Collini-
El miércoles se conoció la noticia del fallecimiento del expresidente peruano Alberto Fujimori, a los 86 años, en la casa de su hija y heredera política, Keiko. La presidenta, Dina Boluarte, decretó tres días de duelo y al día siguiente se llevó a cabo el cortejo fúnebre por las calles de Lima, que trasladó sus restos al edificio del Ministerio de Cultura para ser velados, mientras cientos de personas se acercaban para despedirlo.
Su presidencia (1990-2000), estuvo marcada por la corrupción, el autoritarismo y las violaciones a los derechos humanos. Esto le valió cinco condenas ante la Justicia peruana, que lo llevaron a pasar 16 años en la cárcel.
En el año 2000, su gobierno se vio duramente golpeado por la filtración de una serie de videos que mostraban abiertamente la corrupción con la que se manejaban, protagonizados por su asesor en las sombras y jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), Vladimiro Montesinos.
Tan duro fue el golpe, que el entonces antidemocrático presidente que cerró el Congreso, fue responsable de la masacre de civiles, de cambiar la Constitución para tener un tercer mandato, de la esterilización forzada de mujeres campesinas y de otras tantas atrocidades, renunció pocos meses después de la revelación de los videos. El Congreso no le aceptó la renuncia, lo destituyó, y solicitó asilo en Japón.
Los Vladivideos
En diálogo con FL, Carlos Noriega, periodista peruano y corresponsal de Página 12, nos relató cómo fue la caída a partir de la filtración y publicación de los videos.
“Los vladivideos en el año 2000, confirmaron en imágenes grotescas la gigantesca corrupción en el régimen de Alberto Fujimori y se tumbó su dictadura. El nombre de “vladivideos” se debe a Vladimiro Montesinos, jefe de facto del servicio de inteligencia del régimen fujimorista, que fue productor, guionista y protagonista central de esos videos. El 14 de septiembre de 2000 se difundió, para indignación del país y espanto del Gobierno de Fujimori, un video que había sido filtrado desde los servicios de inteligencia, donde había sido grabado y guardado. Los peruanos vieron atónitos a Montesinos, el temido monje negro de la autocracia fujimorista que operaba en las sombras, entregándole pilas de billetes a un congresista, que había asumido su banca dos meses antes. Estaban en una sala del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). Mientras el legislador Alberto Kouri recibía sonriente los fajos de billetes, que sumaban 15 mil dólares, se escuchaba a ambos pactar el pase de Kouri de la oposición al oficialismo a cambio de ese soborno, pago que acuerdan repetir todos los meses.
El video fue letal para un gobierno que venía golpeado por masivas protestas populares contra la fraudulenta re-reelección de Fujimori meses antes y las denuncias de corrupción y violaciones a los derechos humanos. El régimen autoritario se desmoronó con rapidez. Días después de difundido este video, Montesinos huyó del país apoyado por Fujimori, quien luego de unas semanas, en noviembre, también huyó.
Caído el régimen fujimorista, intervenido el SIN, comenzaron a difundirse uno tras otro más “vladivideos”, que se guardaban en el servicio de inteligencia, en los que se revelaba la entraña corrupta del gobierno de Fujimori. Políticos, empresarios, militares, propietarios de medios de comunicación, periodistas, jueces y fiscales, aparecían grabados recibiendo los sobornos que pagaba Montesinos, en su rol de encargado de los trabajos sucios del gobierno. Compraba respaldos, ataques a opositores, complicidad en negocios sucios, fallos judiciales e impunidad.
Fue el propio Montesinos quien grabó en secreto esos videos. Los guardaba como arma de chantaje si alguno de los sobornados no cumplía sus dictados. Pero esos videos también lo exponían a él y fueron su perdición, y la de Fujimori y su gobierno. Montesinos guardaba los videos en su búnker del SIN, que creía impenetrable, pero uno de ellos fue sustraído por una cercana colaboradora suya -se ha hablado mucho de que un asunto de celos motivó esa acción-, que lo filtró para que sea difundido”.
Las consecuencias penales
Alberto Fujimori estuvo asilado en Japón hasta 2005, cuando viajó a Chile. Allí fue detenido y puesto bajo prisión domiciliaria hasta 2007 que fue extraditado a Perú, donde fue juzgado por corrupción y violación a los derechos, entre otras causas. Entre 2007 y 2015 acaparó cinco condenas en la Justicia de Perú, por un total de 52 años y medio de cárcel.
Salió en libertad el 6 de diciembre de 2023 después de dieciséis años en la cárcel. Fue el Tribunal Constitucional de Perú el que ordenó su liberación inmediata en base a un indulto presidencial que se le concedió en 2017 por razones humanitarias.
Montesinos fue capturado en Venezuela en junio de 2001 y extraditado a Perú, donde enfrentó numerosos procesos judiciales por corrupción, violaciones a los derechos humanos y tráfico de armas, entre otros cargos y se encuentra en la cárcel desde entonces.