El pasado lunes el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, fue noticia por haber indultado a su hijo, Hunter, en distintas causas judiciales. Algo que, tan sólo unos meses atrás, dijo que no haría.
El indulto cubre las condenas de Hunter Biden por dos casos. En uno de ellos fue condenado en junio por tres cargos, por ocultar su adicción a las drogas al llenar un formulario federal para comprar un arma en 2018. En el otro (del que se declaró culpable en septiembre) por nueve cargos relacionados con un esquema para evitar el pago de al menos 1,4 millones de dólares en impuestos. Ambas causas podrían haberle costado hasta 17 años de prisión.
Hunter Biden (centro).
Las filtraciones de la computadora de Hunter
No es la primera vez que el hijo del todavía presidente estadounidense se enfrenta a un escándalo que se torna público.
En 2020, la publicación de casi 9.000 fotos íntimas del hijo del primer mandatario, lo muestran con prostitutas, armas y drogas, incluso se ve desnuda a su cuñada, quien se convirtió en su amante tras la trágica muerte de su hermano Beau Biden, en 2015.
Las imágenes fueron reveladas por Garrett Ziegler, un antiguo funcionario de Donald Trump en la Casa Blanca, que, según sus palabras a Fox News, son para que la opinión pública sepa “la verdad de la familia presidencial”. Las fotografías publicadas corresponden a los años que abarcan 2008 y 2019.
Hunter llevó su Macbook Pro a una tienda informática de Wilmington, en Delaware, en abril de 2019 para que lo repararan y se recuperaran los datos, pero nunca volvió a buscarla. El dueño de la tienda, John Paul MacIsaac, hizo una copia del disco duro y se lo entregó al entorno de Donald Trump, en plena batalla contra Joe Biden por la Casa Blanca.
De esta forma, encontró todas estas imágenes y vio negocio en su venta. Vendió una copia al FBI, al asesor de Donald Trump y a medios de comunicación como el New York Post, el Daily Mail y Breitbart. Un total de 217 gigas de fotos e información.
El diario The New York Post, publicó parte de los archivos en octubre de 2020, semanas antes de las elecciones presidenciales.
El hijo del presidente ha estado en el punto de mira de muchos ataques de la oposición política estadounidense. Desde temas legales como las investigaciones acerca de sus negocios en China o Ucrania hasta aspectos más personales como su divorcio con Kathleen Buhle, quien relató todas sus adicciones e infidelidades en su libro publicado en 2022.
Al margen de escabrosas fotos, los archivos filtrados incluyen una gran cantidad de correos electrónicos, mensajes de texto y documentos financieros entre Hunter y socios comerciales que muestran, según el Post, cómo el hijo del presidente usó su influencia política en sus negocios en el extranjero, como Burisma, la empresa de gas ucraniana de cuya junta directiva formó parte (le pagaban más de 50.000 dólares al mes) o su vinculación con el magnate rumano Gabriel Popoviciu, condenado por soborno. También figuran archivos sobre supuesta evasión de impuestos y lavado de dinero.
El equipo de Biden argumentó en ese momento que se trataba de una “campaña de desprestigio” diseñada por desinformación rusa, pero el disco duro ha sido autenticado por los medios estadounidenses y se encontraba en manos del FBI.
