Bush estaba en una «misión de Dios» en Irak y el trato inhumano en Guantánamo, registrados en los archivos filtrados del Reino Unido

Filtraciones

El gobierno de Tony Blair anticipó “serios desafíos” en Irak un año después de la invasión, con creciente preocupación dentro de Whitehall por el manejo de la campaña por parte de Washington.

Archivos filtrados de Downing Street recientemente publicados revelan que Nigel Sheinwald, asesor de política exterior y defensa de Blair, se quejó en abril de 2004 del “manejo torpe” del conflicto por parte de Estados Unidos.

Destacó una “falta de coordinación con los socios de la coalición”, una “gestión de riesgos inadecuada” y “tácticas militares desproporcionadas”.

Una preocupación clave se centró en el bombardeo de Faluya, que “en las pantallas de televisión iraquíes parecía una forma de castigo colectivo”.

El subsecretario de Estado del presidente Bush, Richard Armitage, dijo además al embajador británico, David Manning, que “EE.UU. estaba perdiendo gradualmente en el campo de batalla”.

Armitage añadió: “Bush todavía pensaba que estaba en algún tipo de misión de Dios”.

Aún existían perspectivas comerciales prometedoras para Gran Bretaña en Irak.

Blair recibió información sobre cómo las empresas británicas de petróleo, gas, agua y energía “jugarían un papel importante” en el esfuerzo de reconstrucción.

Detenidos en Guantánamo llevan seis meses sin luz solar

Los archivos filtrados también ofrecen detalles sobre el tratamiento de los detenidos británicos en la Bahía de Guantánamo, el campo de detención del gobierno estadounidense en Cuba.

En abril de 2004, quedaban cuatro ciudadanos británicos detenidos en Guantánamo, y los funcionarios británicos “no pueden ahora decir que [EE.UU.] esté tratando a los detenidos humanamente”.

El gobierno del Reino Unido quería “presionar para una pronta resolución”, pero no principalmente por preocupación por el bienestar de los detenidos.

Los abogados de tres de los prisioneros del Reino Unido, Feroz Abbasi, Moazzam Begg y Martin Mubanga, presentaron una demanda judicial que “expondría […] intercambios confidenciales entre el Reino Unido y los Estados Unidos”.

«Un desafío serio causaría una potencial vergüenza política al Gobierno de Su Majestad», le informaron a Blair antes de una reunión con Bush en Washington.

Por ello, se aconsejó al primer ministro del Reino Unido que presionara a Bush para garantizar que los prisioneros fueran “juzgados de manera justa de acuerdo con los estándares internacionales o devueltos al Reino Unido”.

A la urgencia de la situación se sumaron las preocupaciones de que Abbasi y Begg “no habían tenido acceso a la luz del día durante seis meses”, y el gobierno estadounidense hizo poco para apaciguar estas preocupaciones.

La embajada británica en Washington también estaba presionando al Departamento de Defensa de Estados Unidos “para obtener un informe sobre su investigación sobre la denuncia de abusos de Begg mientras estuvo detenido en Bagram”.

Bagram fue un campo de prisioneros estadounidense en Afganistán, donde miles de personas fueron detenidas sin juicio durante la “guerra contra el terrorismo”, muchas de las cuales fueron torturadas.

Sin embargo, a pesar de los recordatorios, la embajada británica en Washington “no recibió una respuesta formal”.

 

Publicado en declassifieduk.org