Esta semana se filtró un documento de YPF que fue publicado en redes sociales por la organización ambientalista Rebelión o Extinción Argentina, donde se puede ver el intento de manipular a la opinión pública para dar licencia social a la extracción de petroleo en las costas de Mar del Plata y al mismo tiempo ridiculizar el reclamo ambientalista.
Según el documento confeccionado por la consultora Eonia para YPF, para competir por esa aceptación e interpretación de la opinión pública hay que trabajar sobre las zonas grises ya que «no puede reducirse a petroleras vs ambientalistas, porque las condiciones no son favorables.»
Para dicha tarea, propone una estrategia de aproximación indirecta para rodear a los objetivos que se pretende convencer mediante cápsulas aparentemente imparciales, con tonos periodísticos o informativos, con el objetivo de seducir progresivamente al segmento.
La «guerrilla ambiental» y la ridiculización de los reclamos
Así se refiere a organizaciones como Greenpeace y otros detractores de la explotación petrolera en las costas marplatenses. Además menciona a los influencers como quienes «aportan su imagen y audiencia para subirse al reclamo sin demasiada profundidad».
Para continuar con el capítulo de los detractores del proyecto, el documento plantea llevar a las organizaciones ambientalistas al terreno del ridículo para debilitar el contenido del reclamo. Menciona que muchos forman parte del reclamo por «moda, sentido de pertenencia o por suponer que están siendo parte de algo más grande y positivo para la sociedad».
Para lograr esto apela a recursos como convertir esa «moda» en un miedo profundo a quedar en ridículo, comparándolo con las formas de reclamo más descabelladas, como el de los jóvenes que tiraron sopa al cuadro «Los girasoles» de Van Gohg: «¿Quiero ser de esos chicos que le tiran salsa a un cuadro?»; o con clásicos fantasmas como el de «Soy de la izquierda que quiere matar al capitalismo?»
Aceptación, aprobación e identificación
Luego de encargarse de tergiversar o «mitigar» los efectos negativos y de atacar los reclamos ambientales, el proceso comunicacional se centra en la aceptación, aprobación y la identificación con el proyecto.
Aceptación nacionalista: «podemos pasar de importar energía a venderla, y ahí están los dólares que le faltan a la Argentina» reza el documento. Lo que no menciona es que, una gran parte de ese proyecto de exploración y extracción de petróleo (por ende de las ganancias) está en manos de los gigantes internacionales Shell y Equinor.
Aprobación: según el estudio, habrá algunas figuras formadoras de opinión que se dejarán guiar por lo que interpreten como el clima predominante en la sociedad y habrá que trabajar en forma de caja de resonancia sobre ellos, repitiendo contenidos para lograr la consolidación del objetivo.
Identificación con demanda: en esta etapa se pretende reemplazar el reclamo ambiental de la opinión pública por el de avanzar en la exploración, proponiendo reencausar el mismo hacia las empresas inversoras ante una posible retirada: «Por eso exigimos a YPF que obligue a Equinor y Shell a invertir en la Argentina y cumplir con los contratos».
