Julian Assange, el fundador de WikiLeaks , dijo este martes a los legisladores europeos que su declaración de culpabilidad a las acusaciones de espionaje de Estados Unidos era necesaria porque los esfuerzos legales y políticos para proteger su libertad no eran suficientes.
«Finalmente elegí la libertad en lugar de una justicia irrealizable», dijo Assange, en sus primeros comentarios públicos desde su liberación de prisión, dirigiéndose a un comité del Consejo de Europa, el organismo internacional más conocido por su convención de derechos humanos.
Assange, de 53 años, regresó a su país natal, Australia, en junio después de que se alcanzara un acuerdo para su liberación que lo vio declararse culpable de violar la ley de espionaje estadounidense, poniendo fin a una odisea legal británica de 14 años.
«Hoy estoy libre después de años de encarcelamiento porque me declaré culpable de periodismo, me declaré culpable de buscar información de una fuente, me declaré culpable de obtener información de una fuente y me declaré culpable de informar al público cuál era esa información», dijo.
En 2010, WikiLeaks publicó cientos de miles de documentos militares clasificados de Estados Unidos sobre las guerras de Washington en Afganistán e Irak -las mayores violaciones de seguridad de su tipo en la historia militar de Estados Unidos- junto con numerosos cables diplomáticos. Assange fue acusado años después bajo la Ley de Espionaje.
Un informe de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa concluyó que Assange era un preso político y pidió que Gran Bretaña realizara una investigación para determinar si había estado expuesto a un trato inhumano.
Assange se sentó hoy entre su esposa Stella y el editor de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, leyendo sus comentarios iniciales en hojas de papel.
«Todavía no estoy completamente preparado para hablar de lo que he soportado», dijo, y agregó: «El aislamiento me ha pasado factura y estoy tratando de recuperarme».
Al hablar libremente durante una sesión de preguntas y respuestas posterior, Assange pareció conmovido cuando dijo a los legisladores que el acuerdo de culpabilidad significaba que se le prohibiría presentar un caso para defenderse contra las acusaciones de espionaje de Estados Unidos. «Nunca habrá una audiencia sobre lo que ocurrió», dijo.
Su esposa, con quien se casó mientras estaba en una cárcel de Londres, dijo el mes pasado que necesitaría tiempo para recuperar su salud y cordura después de su largo encarcelamiento.
Cuando se le preguntó sobre sus planes, Assange dijo que la audiencia de Estrasburgo, destinada a crear conciencia sobre la necesidad de proteger a los filtradores e informantes, era «un primer paso».
Adaptarse a la vida normal después de años de prisión incluyó algunas «cosas difíciles», dijo, como aprender a ser padre de dos niños que crecieron sin él y «volver a ser marido, incluso con una suegra», lo que provocó algunas risas de la multitud.
Assange fue arrestado por primera vez en Gran Bretaña en 2010 en virtud de una orden de arresto europea, después de que las autoridades suecas dijeran que querían interrogarlo por acusaciones de delitos sexuales que luego fueron retiradas. Huyó a la embajada de Ecuador, donde permaneció siete años, para evitar la extradición a Suecia.
Lo sacaron de la embajada en 2019 y lo trasladaron a la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, en Londres, por no cumplir con los términos de la fianza.
The hearing on Julian Assange’s detention and conviction and their chilling effects on human rights – at the Parliamentary Assembly of the Council of Europe in Strasbourg – has concluded. Watch here 👉 https://t.co/W6q8Vq2mFg pic.twitter.com/Txm4qK81wR
— WikiLeaks (@wikileaks) October 1, 2024
“El periodismo no es un crimen”
“Un periodista no debería ser perseguido por hacer su trabajo, el periodismo no es un crimen, es un pilar de una sociedad libre e informada”, ha subrayado entre aplausos de los parlamentarios, a los que ha pedido que no bajen la guardia en un momento en que la libertad de expresión se encuentra en una “oscura encrucijada” en todo el mundo, también en una Europa que se precia de sus valores fundamentales. “Los derechos de los periodistas y editores en Europa están seriamente amenazados, la represión transnacional no puede convertirse en la norma”, ha advertido. “Si hay hoy en Europa un futuro en el que la libertad para hablar y publicar la verdad no sea privilegio de unos pocos, sino el derecho de todos, [ustedes] deben actuar para que lo que pasó en mi caso nunca vuelva a pasarle a nadie”, les ha rogado a los diputados. Empezando, ha dicho, por revisar las protecciones legales a los informadores, porque “muchas existen solo sobre papel”.
“Ambiente de autocensura”
El borrador de la propuesta de resolución que debe ser aprobada este miércoles manifiesta la “profunda preocupación” del Consejo de Europa por el “duro” trato dado a Assange. Algo que, advierte, puede tener un “efecto disuasorio” en materia de derechos humanos y crear un “ambiente de autocensura que afecta a todos los periodistas, editores y otras personas que informan de cuestiones esenciales para el funcionamiento de una sociedad democrática”. La resolución también llama a Estados Unidos, que es un país observador del organismo con sede en Estrasburgo y al que pertenecen 46 Estados, a “reformar” su Ley de Espionaje y garantizar una mejor protección a los informadores.
“Julian ha acabado saliendo libre, pero lo que queda es que se ha usado esta herramienta de la Ley de Espionaje contra un periodista. Una vez que esta arma ha sido usada, volverá a ser empleada, eso ocurre siempre. Mientras exista, alguien abusará de ella, por eso hay que pararla”, ha afirmado tras la audiencia el redactor jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson. Para la autora del informe y de la resolución, la islandesa Thorhildur Sunna Ævarsdóttir, esta ley revela además un síntoma muy “preocupante”: una sociedad que, asustada por las amenazas a su seguridad como el terrorismo, ha permitido que los “aparatos estatales del mundo acaben con nuestros derechos humanos en nombre de esa seguridad”.
“Mi mayor preocupación”, añadió Ævarsdóttir, “es cómo hemos permitido que nuestros miedos en materia de seguridad justifiquen las enormes violaciones de derechos humanos, vigilancias masivas, torturas, secuestros, crímenes de guerra, contra la humanidad realizados en nombre de nuestra seguridad. Y, al mismo tiempo, hemos permitido que erosionen nuestro derecho a la libertad de expresión, a un juicio justo o siquiera a tener un juicio”, ha dicho en rueda de prensa tras la audiencia. “Si no defendemos nuestros valores, si no preservamos nuestra libertad de expresión, de pensamiento, de movimiento, entonces, no nos queda ninguna seguridad. Da igual cuántos policías pongamos”, ha advertido la autora del informe.