Desaparecen archivos del teléfono del exmilitar español que espió a Julian Assange para la CIA

Assange

Por José María Irujo

Una de las principales pruebas contra David Morales , el exsoldado español cuya compañía espió a Julian Assange y sus abogados durante su prolongada estancia en la Embajada de Ecuador en Londres, ha desaparecido. La policía española no entregó al juez Santiago Pedraz el expediente completo del teléfono Samsung S7 utilizado por Morales para comunicarse con los presuntos agentes de la CIA a quienes facilitó la estrategia de defensa de los fundadores de WikiLeaks, según documentos de la investigación judicial a los que EL PAÍS ha tenido acceso. Luego de reiterados pedidos judiciales, los funcionarios respondieron que “desconocen” la ubicación del expediente completo. El juez Pedraz ha ordenado su recuperación inmediata.

El fiscal Carlos Bautista ha denunciado la desaparición de este expediente, que califica de «esencial» para el caso. Ha exigido que se encuentre “porque contiene más datos que los puestos a disposición de las partes”. El Ministerio Público dijo: “Es sumamente llamativo que la unidad policial haya entregado los archivos UFDR (Universal Forensic Data Report) y UFDX (Universal Forensic Data Exchange) desde los otros dispositivos y no lo haya hecho precisamente desde este”. Anteriormente, la Fiscalía también se quejó de la «cierta parálisis» provocada por «la desesperante lentitud del cuerpo policial implicado en el análisis de todos los elementos incautados».

El juez Pedraz ha citado a los agentes de la Unidad de Delitos Cibernéticos para que comparezcan ante el tribunal y realicen una copia -en su presencia- de ambos archivos en el Samsung S7 en un intento de recuperar la información omitida y averiguar quiénes son los responsables de su desaparición. La Policía Nacional de España declinó responder a las preguntas de este periódico.

Samsung S7, evidencia clave

Durante el registro del domicilio y oficinas de Morales en la ciudad española de Jerez de la Frontera, en septiembre de 2019, el objetivo principal de los investigadores fue precisamente incautar el teléfono Samsung S7 G930F que los testigos protectores (trabajadores de la empresa) habían configurado para Morales para que supuestamente podría comunicarse con la CIA. Este detalle fue comunicado a los agentes que detuvieron a Morales antes de que se produjera el arresto. Pero la policía entregó los archivos completos de todos los teléfonos, computadoras y dispositivos electrónicos incautados en la casa y oficinas de Morales, excepto los archivos del teléfono Samsung. Esta actuación policial ha supuesto que la carpeta Userdata, que almacenaba las conversaciones de Morales en WhatsApp, Signal, Telegram, Proton Mail y Skype, haya sido eliminada del caso.

Morales, propietario de UC Global SL, empresa que se encargaba de la seguridad de la embajada de Ecuador en Londres, fue detenido dos meses después de que una investigación de EL PAÍS diera a conocer los audios y vídeos que sus trabajadores grabaron del activista australiano en el interior de la embajada. Este material fue presentado como prueba en una denuncia penal presentada por la defensa de Assange, y la Audiencia Nacional de España abrió una investigación por violación del secreto profesional entre abogado y cliente, malversación de fondos y blanqueo de dinero.

El Samsung S7 fue el único teléfono del que se extrajo información in situ durante los allanamientos y registros del operativo policial. Esto no ocurrió con ninguno de los otros teléfonos y dispositivos incautados, según la respuesta de la policía al magistrado, que esperó meses para recibir una explicación de los agentes. La respuesta policial remitida al Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, que lleva el caso, contrasta con el testimonio del abogado de la administración de justicia, que dejó constancia de la incautación de todos los teléfonos.

La consecuencia de esta anomalía es que el archivo subido por la unidad policial a la nube -donde se descargan las pruebas y a las que acceden las partes involucradas en el caso- no es el archivo UFDX original y completo, sino sólo el archivo UFDR, que se deriva del anterior pero no representa la copia completa del dispositivo. Al archivo UFDR proporcionado por los agentes le falta la carpeta Userdata, que almacenaba los datos de las aplicaciones de mensajería. Además, la defensa de Assange señala que el archivo UFDR subido a la nube no proviene de la máquina volcadora UFED Touch, como ocurre con todos los demás teléfonos investigados, sino de un ordenador personal incautado.

Agente ‘Paisa’

El teléfono Samsung S7 contaba con un teclado externo alternativo llamado Swiftkey que registra las palabras que se escriben en ese dispositivo y gracias a esa característica los expertos han podido rescatar parcialmente algunas conversaciones en inglés sobre la embajada, Assange, la CIA y el agente. “Paisa ”, colaborador de Morales en Estados Unidos presuntamente vinculado a la CIA. Pero estas conversaciones no aparecen grabadas en ningún otro lugar que no sea el teclado, ya que se eliminó la carpeta Userdata que almacenaba las conversaciones faltantes de las aplicaciones de mensajería.

La Comisaría General de Policía Judicial de España comunicó al juez Pedraz en un escrito policial que el 7 de febrero “se entregaron todas las copias de los dispositivos, no quedando ninguno en este tramo. Por lo tanto, no se sabe dónde se pueden encontrar estos archivos ni dónde se pueden ubicar dentro de los dispositivos entregados”. El magistrado ha ordenado al Grupo Técnico de la Unidad de Ciberdelincuencia, que cargó los datos, que examine los discos duros entregados por los investigadores y extraiga una copia de los archivos UFDX y UFDR del Samsung S7 de Morales.

Esta es la segunda vez que se descubre que la policía ha omitido información relevante contenida en los dispositivos electrónicos incautados al propietario de UC Global, SL. El año pasado, el equipo de Assange fue autorizado a realizar una segunda copia del material incautado por los agentes. El nuevo volcado de documentos reveló más de 213,1 gigabytes, 551.616 archivos y 973 archivos de correo electrónico que habían sido omitidos por la policía .

Entre los nuevos archivos se guardó una carpeta titulada “Operaciones y Proyectos”, que contiene directorios organizados según área geográfica. Se especifica cada región o país, junto con el detalle de los servicios a prestar. En el área correspondiente a América del Norte —dentro del directorio “USA”— hay un archivo llamado “CIA”. En su interior, en una carpeta marcada como “Videos”, se almacenan imágenes de grabaciones. Estos fueron obtenidos a través de las cámaras y micrófonos ocultos que UC Global instaló en la Embajada del Ecuador en Londres para vigilar las reuniones del fundador de WikiLeaks.

Publicado en elpais.com